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Lección 4

 

Hon Sha Ze Sho Nen

El Hon Sha Ze Sho Nen es el símbolo para la curación a distancia, además en esta lección veremos que tiene algunas otras aplicaciones.
Como habrás notado el primer símbolo Cho Ku Rei actúa principalmente en el plano físico, mientras que el segundo Sei Hei Ki vibra en el plano emocional-mental, así que el tercer símbolo vibra en el plano Mental Superior.

¿A qué nos referimos con el plano Mental Superior?

El Universo entero se manifiesta como una Mente universal, una conciencia cósmica que trasciende los límites de la mente ordinaria. Es decir, Mediante el símbolo Hon Sha Ze Sho Nen podemos acceder a un plano que trasciende las facultades humanas ordinarias, de ahí el gran poder que encierra, y por lo mismo el gran respeto y responsabilidad con que debe tratarse.
El símbolo Hon Sha Ze Sho Nen nos permite rebasar los límites del espacio y el tiempo, o el espacio-tiempo como diría Albert Einstein. Con la ayuda de él podemos dirigir la energía y la intención a lugares o tiempos distantes. Su significado se puede traducir como “ni pasado, ni presente, ni futuro” también puede ser: “pasado, presente y futuro están aquí y ahora”.

Cada una de las sílabas tiene un significado propio como sigue:
Hon – Centro
Sha – Luz radiante
Ze – Progreso
Sho – Armonía
Nen - Equilibrio
Algunos sugieren algunos otros significados como “Te abrazo en la distancia y te sano con amor” o “Saludo al Buda que hay en ti” cuya variante es “La divinidad que hay en mí, saluda a la divinidad que hay en ti”. De alguna forma nos sugiere el plano espiritual elevado al que nos conectamos a través de este símbolo.
Ya que el símbolo tiene varias aplicaciones, en esta lección comencemos explicando cómo llevar a cabo una sesión a distancia.

Curación a distancia

Hay varias formas de llevar a cabo un tratamiento a distancia, explicaremos las más usuales. En todas ellas comienzas apaciguando tu mente mediante unas tres respiraciones pausadas y profundas. Luego te conectas con la energía divina, si gustas puedes hacer una plegaria y te pones a disposición de la divinidad, recuerda que tú solo eres un canal de la energía suprema.

Preparación mental

La frase “Que todo resulte para el bien mayor” quiere decir que muchas veces lo que nosotros como humanos consideramos “bien” o “mal” lo hacemos desde nuestro plano y entendimiento humano. Sin embargo, en el plano del alma los términos “bien” y “mal” son muy relativos. Para el ego (personalidad humana) el bien y mal se determinan por el principio del placer y dolor, mientras que para el alma ellos van en relación a lo que realmente le nutren y le hacen crecer. Veamos una analogía muy simple: el ego es como un niño pequeño que solo quiere comer helados. Para él, el paraíso está lleno de helados y golosinas. Sin embargo eso lejos de nutrirle, en corto tiempo el enfermará. El alma, por otro lado, sabe que necesita distintos alimentos, tal vez algunos no tan dulces y otros definitivamente amargos. El sabor ya no es los más importante sino los nutrimentos que le aportan a su crecimiento. Asimismo, el alma elige las experiencias que necesita la persona para crecer, aun cuando al ego no le agraden en su mayoría.
Viéndolo desde esa perspectiva, ¿como es que nosotros podríamos saber qué es lo que realmente el alma de una persona necesita para evolucionar? Tal vez la persona esté destinada a padecer una enfermedad porque esa experiencia le ayude en su evolución espiritual, o quizás deba pasar algún infortunio para aprender una lección. Probablemente tú quieras evitarle el sufrimiento y la desdicha a una persona, sobre todo si es alguien cercano; pero a final de cuentas solo la inteligencia superior de su alma es quien puede decidir lo que es mejor para ella.
O tal vez al evitarle el sufrimiento a alguien generes una serie de eventos que afecten a muchas otras personas en forma negativa. ¿cómo lo vamos a saber? Es por eso que siempre decimos la frase “Que todo sea para un bien mayor”, y al decirla nos conectamos con la energía amorosa y compasiva del corazón, la misma energía amorosa y compasiva que mueve a todo el universo.
Bien una vez que te has conectado con la energía divina y estás dispuesto que se cumpla su voluntad “para un bien mayor” puedes comenzar el tratamiento. Ahora visualizarás y pronunciarás mentalmente los tres símbolos en el orden que los hemos presentado: Cho Ku Rei, seguido de Sei Hei Ki y al final: Hon Sha Ze Sho Nen, basta que hagas la secuencia una sola vez para abrir los canales de los planos físico, emocional y mental. Si sientes que no es suficiente puedes repetir tres veces la secuencia de los nombres y los símbolos.
Antes de pasar a explicar las técnicas es muy importante que el receptor, la persona a quien deseas enviar la energía curativa esté enterado y de acuerdo en recibirla. Incluso puedes acordar una hora precisa para hacer el tratamiento, así ella se pudiera relajar y eso puede facilitar la recepción del Reiki, aunque esto no es completamente necesario, la persona puede estar haciendo alguna otra actividad mientras le envías el tratamiento. En el caso de los niños pequeños, serán los papás o tutores quienes autoricen que pueden recibir el tratamiento. Pasemos a explicar las distintas formas enviar el tratamiento a distancia.

Usar un sustituto

Para llevar a cabo la curación a distancia usamos una antena, que en este caso no se trata de una antena metálica, sino de algún objeto que nos sirva de referencia y nos ayude a conectarnos con la persona a quien deseamos enviar el tratamiento. El sustituto, o también llamado testigo, es otra persona que nos va a servir de antena. Como es de suponer esa persona debe estar dispuesta a fungir como antena, para lo cual solo debe relajarse y disponer de 30 a 40 minutos que dura el tratamiento. El trabajar como antena no implica ningún riesgo para la persona, no se podrá contaminar de alguna energía negativa o contagiar alguna enfermedad. Lo maravilloso del Reiki es que nos provee de protección tanto para quien hace el tratamiento como para el sustituto.
Mientras la persona se recuesta en la camilla y comienza a relajarse tú puedes hacer la preparación mental que acabamos de explicar, al final puedes agregar alguna frase como: “Por favor (nombre del sustituto) ayúdame a realizar este tratamiento a distancia; que a través de ti para que la energía curativa del Reiki llegue a (nombre del receptor), siempre para un bien mayor”.
Puedes decir la frase anterior en voz alta y con una firme convicción de que ya es un hecho.
A continuación comienzas el tratamiento de Reiki siguiendo el protocolo sobre el sustituto que tienes ante ti. Ya que en el segundo nivel se trascienden los límites del espacio-tiempo ya no tendrás que detenerte tres minutos en cada postura. A menos que sientas que en algún lugar debas detenerte más tiempo, el tiempo puede ser incluso menor a un minuto. Ese es otro efecto del símbolo Hon Sha Ze Sho Nen: acortar los tiempos. Me sucede seguido que cuando doy la sesión de Reiki presencial, acabo en menos de media hora y la persona se queda casi dormida. Después de varios minutos la persona se despierta y me dice – Pensé que continuaba el tratamiento, porque sentía tus manos y tu energía en mi cuerpo. – Cuando en realidad yo había dejado de hacer la imposición de manos hace varios minutos.
Al finalizar el tratamiento puedes cerrar la conexión con la siguiente frase: (Nombre del sustituto) ya no eres antena, ya no estás conectado con (nombre del receptor), gracias por tu ayuda para llevar a cabo el tratamiento a distancia.

¿Cuándo usar un sustituto?

En la mayoría de los casos se usa el sustituto para un tratamiento a distancia, es decir, cuando el receptor no se encuentra en el mismo lugar, ya sea porque vive en otra ciudad, por estar hospitalizado o por cualquier otra circunstancia, como puede ser la situación de confinamiento que hemos vivido a causa de la pandemia. Pero también se puede utilizar un sustituto en algunos casos cuando el receptor está presente pero no se le puede aplicar directamente el tratamiento, este puede ser el caso de bebés pequeños que son muy inquietos o también el caso de mascotas. El sustituto te permite hacer un tratamiento más “a conciencia” y detenerte en los órganos y partes del cuerpo que consideres que requieren mayor energía curativa.
A veces, si el sustituto es muy sensible y nos puede reportar haber percibido alguna sensación que pudiera estar asociada con la condición del receptor, tal vez frío, calor, cosquilleo en alguna parte del cuerpo, etcétera. La finalidad del sustituto no es darnos esta información, pero si nos lo comenta tomamos nota y quizá esa información nos pueda dar una pista sobre la condición del receptor.
Por último, después de agradecerle al sustituto le damos un vaso de agua natural.

Modelo representativo

En este caso la antena que usamos no es una persona, sino una representación de la persona que va a recibir el tratamiento. Puede tratarse de un muñeco de peluche, un modelo o un dibujo de una persona o cuerpo humano, por lo que inferimos que este modelo u objeto que nos sirve para representar a la persona no debe ser muy preciso, basta que tenga cabeza, tronco y extremidades para cumplir su cometido. La preparación y la secuencia es más o menos la misma. “Por favor (nombre del objeto) ayúdame a realizar este tratamiento a distancia…” es la misma frase que usaste con el sustituto, tal vez ahora le debas adaptar, sobre todo si el sustituto simbólico no tiene un nombre propio. Adapta la frase como a ti te parezca mejor, o solo haz la conexión en forma mental, si te es posible. Esta técnica también te permite trabajar áreas específicas. El sustituto simbólico, al ser más pequeño que una persona te permite hacer las posiciones en áreas más generales, por ejemplo, en una sola postura abarcarás todas las posturas de la cabeza, en la siguiente podrás abarcar el pecho y todos sus órganos, después pasar al abdomen y finalmente a las piernas. Digamos que esto te permite un tratamiento más general sin hacer el protocolo completo, por lo que una sesión te podría tomar de 10 a 20 minutos.

Objeto simbólico

Un objeto simbólico puede ser una fotografía de la persona o un objeto de su pertenencia como prenda, juguete, etcétera. Incluso puedes usar una combinación de varios objetos como por ejemplo un mechón de cabellos y una fotografía. Al igual que en los casos anteriores hacemos la preparación mental y la frase para conectar con el receptor. La diferencia, en este caso como no tenemos una representación completa del cuerpo de la persona, nos limitamos a colocar nuestras manos y nuestra intención sobre el objeto, visualizando a la persona completa, envuelta en la energía curativa. El tiempo del tratamiento puede ser de unos diez minutos.

Esta técnica se recomienda especialmente cuando el receptor no es una persona, sino tal vez un animal, planta, objeto o situación. Podemos elegir un dibujo o modelo del receptor, o incluso escribir lo que es en una hoja de papel, por ejemplo: "Elekra, mi gatita". Los tratamientos a distancia se pueden llevar a cabo diariamente y continuar las sesiones por los días que consideres necesarios. Ya sea cuando la persona tenga mejoría, o hasta que ya no quiera el tratamiento, o alguna otra señal que te indique que debes terminar con las sesiones.

Ejercicios

Te recomendamos realizar los siguientes ejercicios:
1. Dibuja o pinta el símbolo Hon Sha Ze Sho Nen en hojas cartas en distintos colores.
2. Medita visualizando el símbolo 5 minutos por un mínimo de 21 días.
3. Aplícalo en tus sesiones de Reiki siguiendo las técnicas presentamos en la lección.
4. Responde la evaluación para comprobar tus conocimientos teóricos.

 

Evaluación 4

 

 

Lección 5

 


 

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