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Segundo trimestre

La semana 13 marca el comienzo del segundo trimestre del embarazo, ya la posibilidad de abortar se reduce considerablemente, también varias de las molestias como las náuseas tienden a reducirse o desaparecer en la mayoría de las mujeres. De hecho, comienza una etapa en que la mujer se pueda sentir muy a gusto con su condición. Si el médico determina que no hay riesgos la mujer puede comenzar a practicar ejercicio o deportes. También puede hacer otras actividades como salir de viaje. El compartir tiempo con la pareja es muy importante y se puede aprovechar esta etapa para consolidar la pareja.
No obstante, se pueden comenzar a presentar otras molestias, particularmente en el aparato digestivo como acidez o estreñimiento. Los senos continúan creciendo, las aureolas se oscurecen y se vuelven más sensibles. La debilidad o los mareos pueden ser causados por los cambios en el sistema cardiovascular que se tiene de adaptar para satisfacer la mayor exigencia de flujo sanguíneo, por lo mismo se puede presentar sangrado en las encías o congestión nasal. Al final del embarazo el volumen de sangre de la madre puede aumentar hasta un 50%.
Mientras en algunas mujeres la piel y el cabello lucen más radiantes, en otras se puede presentar el acné o el cabello se puede apelmazar y caer a girones; lo que puede durar solo algunas semanas y se debe a los cambios hormonales.
En la semana 13 el páncreas comienza a producir insulina, los intestinos toman su lugar y el bebé excreta por primera vez. Los huesos de todo el cuerpo van pasando de tejido cartilaginoso a tejido óseo, proceso que durará durante varios años hasta llegar a la edad adulta. En especial los huesos de la cabeza permanecen flexibles y sin soldarse por completo, lo que le permite al bebé pasar por el canal vaginal al momento del parto. Los huesecillos de los oídos también se endurecen, lo que le permite al feto escuchar por primera vez. Podemos ver que ya reacciona ante los sonidos y la música. En los ovarios de las niñas se pueden contar hasta 2 millones de óvulos, cifra que se reducirá a la mitad al momento de nacer y en la edad adulta será de unos 200 mil.

El bebé es capaz de fruncir el ceño, bostezar y reacciona ante estímulos externos como pequeños golpes, caricias o a la voz de la mamá u otras personas.
El feto ya tiene una longitud de unos 8 centímetros y a veces ya se puede ver el sexo (el pene) a través del utrasonido. Comienza a crecer el cabello y en los fetos del sexo masculino se desarrolla la próstata, mientras que en los fetos femeninos los ovarios bajan a su lugar en el bajo vientre.
En la semana 14 los órganos del feto están prácticamente formados y solo resta que continúen madurando y creciendo. El rostro también ya está bien formado en todas sus partes: ojos, nariz, boca, mentón… En esta fase el líquido amniótico consta de unos 100 ml y el cuerpo de la madre lo recicla cada 3 horas.
En la semana 15 el feto llega a medir unos 12 centímetros, los órganos siguen madurando. En los ovarios se forman cientos de miles de óvulos que más tarde madurarán durante cada ciclo menstrual. El hígado comienza a producir el líquido biliar. El corazón, ya completamente desarrollado, bombea un 28 litros de sangre al día.
En la semana 16 el bebé sigue estando muy activo, casi seguro que la madre ya ha percibido sus movimientos. Se estira, da volteretas y agarra el cordón umbilical (reflejo de agarre). La tiroides comienza a producir hormonas. La madre debe tener un buen consumo de yodo para asegurar el buen funcionamiento de esta glándula. Por lo regular, la sal de mesa que compramos ya está adicionada con Yodo.
En la semana 17 vamos comenzando el quinto mes de embarazo: el feto se cubre de un vello suave y las glándulas sebáceas van formando una capa de grasa que protege la piel. El útero sigue creciendo, así como la barriga, por lo que se aconseja el uso de un aceite vegetal o una crema especial para evitar las estrías. Se puede aplicar en el abdomen, glúteos, piernas o en otras zonas del cuerpo. La mayoría de las mujeres se siguen sintiendo bastante bien, aún pueden realizar la mayoría de las actividades físicas. Si la madre ha estado practicando ejercicio en forma regular, esto ayudará a disminuir o evitar por completo los problemas circulatorios que se manifiestan principalmente en piernas como venas varicosas. Los masajes también pueden ayudar a mejorar estos problemas, previa autorización del médico.
Semana 18, el bebé ya mide de 13 a 14 cm y pesa alrededor de 150 gr. Ahora el feto es igual o más grande que la placenta, el cordón umbilical se hace más grueso y resistente para poder llevar nutrientes y eliminar desechos. Ahora el crecimiento se aprecia más en las extremidades, por lo que el bebé va tomando las proporciones que tendrá al nacer. Sus órganos sexuales están plenamente desarrollados. El bebé ya tiene periodos de sueño y vigilia, aunque aún no tiene un horario bien definido. Más bien tiende a despertar cuando la madre está inactiva, entonces “juega” con su cordón umbilical, con sus manos y pies y se mueve dentro del saco amniótico. Es posible escuchar su corazón con un estetoscopio.

En esta fase del embarazo la mujer puede sentirse cansada por momentos, es importante que reduzca su ritmo de actividad y obedezca las señales de su cuerpo tomándose el tiempo para descansar y entrar en contacto con su cuerpo y con su bebé.
En la semana 19 el feto puede pesar entre 220 - 240 gramos; su cuerpo está completamente cubierto con lanugo y de unto sebáceo que lo protege del líquido amniótico. En los ovarios de las niñas ya hay unos 6 millones de óvulos, mientras que los testículos del niño producen testosterona. Los testículos bajarán al escroto hasta poco tiempo antes del nacimiento. La mayoría de los órganos ya están plenamente desarrollados y entran en función como son el hígado, el bazo, el aparato digestivo y sistema urinario. El sistema nervioso también presenta un gran desarrollo en esta fase.
En las madres el mayor flujo sanguíneo y mayores niveles hormonales producen varios cambios, uno de los más notorios es el aumento de la temperatura corporal. Algunas mujeres pueden comenzar a presentar las primeras contracciones que ejercitan al útero para el parto llamadas contracciones de Braxton Hicks.
En la semana 20 se ha llegado a la mitad del periodo de la gestación. El feto mide unos 25 centímetros y peso unos 300 gramos. El sistema nervioso ya está plenamente desarrollado con el número de neuronas que tendrá – entre 100 mil millones a 1 billón – Sus cinco sentidos están plenamente desarrollados y funcionales. Puede diferenciar los sonidos del exterior de su madre, incluso recordará canciones que haya escuchado a partir de este momento. El cabello y las cejas comienzan a crecer. Por primera vez se perciben los movimientos del feto. Se pueden sentir como revoloteo de mariposas en el estómago, lo que también se le llama “el despertar”.
Se pueden acentuar síntomas como debilidad, dificultad para respirar, mareos, acidez, estreñimiento, sobre todo debido al crecimiento del útero que presiona al aparato digestivo y la vejiga. Al crecer hacia arriba el útero incluso reduce la capacidad respiratoria, por lo que la mujer podrá sentir que le falta el aire. Los pechos pueden haber llegado a aumentar hasta 2 tallas, se requiere de un sostén especial, que no apriete pero que cumpla su función. La madre también se verá forzada a usar ropa especial a partir de esta semana. Ya que estamos a la mitad del embarazo la revisión médica es de rigor, la ecografía y los análisis de sangre son indispensables para conocer la salud de la madre y el bebé.
En la semana 21 el feto llega a medir 18-19 cm y pesa unos 350 gr. La médula ósea comienza a producir células sanguíneas. Se forman las papilas gustativas. Las cejas, las pestañas, así como las uñas de manos y pies se perciben claramente. El sistema nervioso continúa su desarrollo; en la corteza cerebral se comienzan a formar los surcos característicos. Sus ciclos de sueño y vigilia se hacen más estables, por lo que se recomienda que la madre también siga ciclos regulares. Reconoce la voz de su madre, así como la de otras personas. Las voces familiares le resultan tranquilizadoras y tendrán el mismo efecto una vez que haya nacido. Es muy recomendable que la mujer ya esté practicando yoga para parto donde se enseñan ejercicios para fortalecer el suelo pélvico, así como ejercicios de respiración.
Semana 22: Ahora el feto pesa unos 450 gramos – el mayor aumento de peso hasta ahora – Sin embargo, su porcentaje de grasa es de apenas el 1%. A partir de esta semana su crecimiento no será tanto en estatura, sino en peso extra que se acumulará en forma de grasa. Lo que le sirve de protección y para ayudar a regular su temperatura. Comienzan a crecer los primeros dientes de leche debajo de las encías. De repente la mamá se puede ver sorprendida con el hipo del bebé que suele presentarse ocasionalmente incluso hasta después del nacimiento; con este reflejo se ejercita el aparato respiratorio.

El aumento más acelerado de peso del bebé se traduce en mayor apetito y antojos por parte de la madre. El vientre se abulta y será mejor dormir recostada sobre el lado izquierdo del cuerpo. Los pechos pueden comenzar a producir algunas gotas de calostro, la primera sustancia muy parecida a la leche, secreción que puede continuar durante el resto del embarazo. Ya es muy común que se presenten las contracciones de Braxton-Hicks. Se sienten como una presión, sin dolor en el útero, o en el abdomen. Tienen el propósito de ejercitar al útero para el trabajo de parto y no son signo de trabajo de parto prematuro. De cualquier forma, es importante acudir al médico si se sospecha de alguna anormalidad.
En la semana 23 el bebé llega a medir 20 cm de la cabeza al pubis y pesa unos 580 gramos. Su sistema nervioso y sus sentidos se siguen desarrollando. Sus movimientos son más vigorosos, se puede llegar a notar en el abdomen de la mujer cuando gira, patea o da puñetazos.
La mujer puede sentir mareos, sobre todo al incorporarse. Muchas veces pueden deberse a deficiencia de hierro, ya que el volumen de sangre y la necesidad de oxígeno van aumentando continuamente. El recostarse con las piernas un poco elevadas puede ayudar a la mujer a relajar su espalda y mejorar la circulación sanguínea en las piernas.
Semana 24: Ahora el bebé llega a pesar unos 700 gramos; ya está bastante maduro, a partir de esta semana su probabilidad de sobrevivir a un parto prematuro son cada vez mayores. No obstante, de nacer en esta semana requerirá de cuidados especiales durante varias semanas. En definitiva, el mejor lugar para que el bebé continúe su desarrollo es en el vientre materno, por lo que si se llegan a presentar contracciones los doctores harán todo lo posible por evitar el parto. El bebé distingue perfectamente las distintas voces, se recomienda que su mamá y familiares le hablen y canten canciones. También puede percibir los sabores de los alimentos que ingiere su mamá a través del líquido amniótico, y puede reaccionar ante lo dulce, salado, amargo o ácido.
En la semana 25 el feto mide unos 23 cm de la cabeza a la pélvis y su cuerpo sigue acumulando grasa, ahora puede pesar hasta 800 gramos. Cada vez se siente más su actividad, también a causa de que su espacio dentro del saco amniótico se va reduciendo. También es capaz de percibir cuando alguien presiona desde fuera el abdomen de la madre y muchas veces reacciona empujando desde adentro.
La madre ya debe estar familiarizada con las contracciones de Braxton Hicks, y de presentarse contracciones más intensas, o con mayor frecuencia (más de tres contracciones en una hora) deberá de acudir de inmediato a su médico.
Semana 26: El líquido amniótico se está reciclando cada dos horas, por lo que la madre habrá de beber gran cantidad de agua. Así como es importante beber más agua también es importante orinar cada vez que se requiera, con esto se evitarán infecciones urinarias.
El incremento en el peso por el embarazo comienza a reflejarse en la espalda de la madre con dolores de cintura. Los ejercicios de yoga pueden disminuir considerablemente estas molestias al tonificar los músculos y mejorar la postura de la madre. El dormir sobre el lado izquierdo y colocar una almohada entre las piernas puede ser de gran ayuda.
Semana 27: En esta semana el bebé ya llega a medir 36 cms y su peso alcanza un kilogramo. En la ecografía ya se ve casi como un bebé recién nacido, solo que más chico. Aún tiene espacio dentro del saco amniótico, por lo que aún tiene bastante libertad de movimiento que le permite a veces estar con la cabeza arriba, o a veces abajo. Su cerebro y sentidos se siguen desarrollando, ahora podrá reaccionar ante la luz que viene del exterior. También se cree que en esta etapa el bebé comienza a soñar. Curiosamente la madre también comenzará a tener más sueños durante esta etapa, los científicos creen que se puede deber a un cambio hormonal. Algunas molestias debidas a la presión del útero y mala circulación se empiezan a agudizar como venas varicosas, hemorroides, calambres. El ejercicio y los masajes suaves pueden ayudar a mitigar estos síntomas.
En la semana 28 el feto ya mide 23 centímetros. Se puede decir que todo el cuerpo del feto está ya casi formado, solo le falta ganar peso, si ahora naciera tiene grandes probabilidades de sobrevivir. Su sistema inmune se ha activado con los anticuerpos de la madre, que recibe a través de la placenta, por lo que ahora ya está bastante maduro y funciona en forma autónoma. En esta semana se pueden abrir los párpados, que hasta el momento habían estado pegados.

 

Tercer trimestre

 

 


 

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