Como todo, el Uno tiene sus virtudes y defectos, comencemos por las primeras. El Reformador tiene convicciones e ideales muy sólidos que desea alcanzar sin importar el precio. Por lo tanto, es una persona que difícilmente puede ser corrompida. Puede sentirse frustrado o enojado con facilidad, siempre tiene la razón y trata de imponer su punto de vista. Gran parte de su aprendizaje consiste en transformar la ira en serenidad.
Por otra parte, el tener la mente fija en su objetivo puede llevarlo a perder la visión general y a considerar que solo su punto de vista es el correcto. Al tomar una actitud radical solo puede existir lo correcto o lo incorrecto, sin ningún matiz intermedio. Esta muy atento a los detalles y en el fondo puede tener un gran temor a equivocarse. Es muy exigente al juzgarse a sí mismo y a los demás.
Emocionalmente, la emoción que lo puede dominar es la ira o enojo que se presenta cuando los demás no hacen las cosas como él considera se deben hacer.
En su aspecto positivo puede llegar a ser un gran líder y en el negativo puede caer en el autoritarismo.

• Arquetipos: El Maestro, El cruzado, El moralista, El Reformador, El Organizador
• Miedo Básico: Ser malo, corrupto, imperfecto
• Deseo básico: Ser bueno, virtuoso, íntegro
• Pasión: ira
• Mensaje del Sueperyó: Para ser valioso debes hacer siempre lo correcto.