Sistemas reproductores: Lección 3

 

video Lección 3

 

Aparato reproductivo masculino

El aparato sexual masculino se compone de el pene, la uretra, el escroto, los testículos, el epidídimo, el conducto deferente, la próstata y las vesículas seminales.
El pene consta de una raíz que se hunde hasta unirse con los músculos y huesos de la pelvis. Consta de un cuerpo y el glande que está en el extremo donde está el orificio de la uretra que sirve tanto para orinar como para la eyaculación del semen. En los hombres no circuncidados el prepucio parte de la corona y cubre al glande. El pene tiene dos cuerpos cavernosos que corren a lo largo de todo el cuerpo del pene a los lados de la uretra y un cuerpo esponjoso en la parte inferior. Cuando los cuerpos cavernosos se llenan de sangre producen la erección del pene que sirve para la penetración. Mientras que el cuerpo esponjoso rodea la uretra y permite que la orina o el semen pueda fluir aunque el pene se encuentre erecto.

El escroto es un saco de piel gruesa que rodea y protege a los testículos, mediante el músculo cremaster los testículos pueden descender o acercarse al tronco del cuerpo para regular la temperatura y que sea más propicia para el desarrollo de los espermatozoides. Los testículos, estimulados por la glándula hipófisis, tienen la función de producir los espermatozoides, o gamentos masculinos. Además de los espermatozoides, los testículos también producen la hormona testosterona, responsable de los caracteres sexuales masculinos: voz gruesa, vello en el cuerpo, mayor musculatura, carácter agresivo.
Dentro de cada testículo se encuentra el epidídimo, que es un canal microscópico en forma de espiral que puede llegar a medir hasta 6 metros de largo. Es ahí donde los espermatozoides maduran para poder fertilizar un óvulo dentro del cuerpo de la mujer. Una vez que los espermatozoides maduran podrán pasar el conducto deferente que los llevará hasta la parte posterior de la próstata donde se une con las vesículas seminales. La próstata y las vesículas seminales son las que producen la mayor parte del semen, que es el medio que les sirve a los espermatozoides para que pueden llegar al útero en el momento del coito y la eyaculación.
Las glándulas de Cowper se ubican detrás de la próstata y tienen el tamaño de un guisante. Su función es segregar el líquido pre-seminal durante la excitación del varón; por ser de pH alcalino sirve para neutralizar el ácido de la orina en la uretra, también tiene la función lubricante.

Enfermedades en el varón

Las infecciones y los malos hábitos también pueden afectar a los órganos sexuales masculinos. Muchas veces los síntomas no son tan notorios como en el caso de las mujeres, pero de cualquier forma, a largo plazo la salud y el desempaño de la sexualidad masculina se ve afectada.
La mejor forma de prevenir muchas de las infecciones es mediante la sexualidad responsable: es decir, evitar la promiscuidad y usar el condón para evitar enfermedades de transmisión sexual. Los malos hábitos como el tabaquismo, el abuso del alcohol y de otras drogas debilita al organismo en general, los órganos sexuales no son la excepción. Con el tiempo las enfermedades como prostatitis, o problemas con la erección pudieran aparecer.
El cáncer de próstata es uno de los tipos más comunes de cáncer en el hombre, mientras que el cáncer en testículos o en el pene son mucho menos frecuente. Por lo que también se aconseja que el hombre, sobre todo después de los 40 años, se practique periódicamente la prueba del antígeno prostático.
El ejercicio y la buena alimentación también son factores que pueden disminuir considerablemente el riesgo de padecer alguna enfermedad o trastorno sexual.

 

Lección 4

 


 

MENU