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La tráquea es el canal por el cual desciende (y asciende) el aire hacia los pulmones, más abajo se divide en dos bronquios principales, el que va hacia el lado derecho desciende en forma más vertical y es más corto; mientras que al lado izquierdo el bronquio forma un ángulo más pronunciado en una línea más horizontal. Los dos bronquios continúan ramificándose en bronquios secundarios o lobulares, siguiendo con los bronquios segmentarios. A continuación, los bronquios se ramifican en bronquiolos que se diferencian porque ya no cuentan con cartílago, siguen siendo bronquios de conducción, ya que su función es conducir el aire. Continúan más ramificaciones hasta llegar a los bronquiolos respiratorios, los cuales ya cuentan con alveolos, veremos su función a continuación. En promedio los bronquios y bronquiolos se ramifican, a lo largo de su recorrido unas 23 veces.
Los alveolos son pequeños sacos microscópicos con paredes muy finas formando la barrera alveolo-capilar que permiten el intercambio de gases entre los alveolos y la sangre por difusión, es decir diferencias de presión. Cada pulmón tiene miles de estos pequeños alveolos que se agrupan en sacos alveolares y están rodeados de capilares, arteriolas y vénulas del sistema cardiovascular. Se calcula que si pudiéramos extender toda su superficie sería al menos del tamaño de una cancha de tenis, por lo que en cada inhalación nuestro organismo entra en contacto con el aire a través de 150 m2. Por lo mismo es importante que los alveolos puedan lidiar con cualquier germen externo, por lo cual también encontramos gran cantidad de macrófagos (células del sistema inmune) listas para neutralizar cualquier agente patógeno.
En las paredes alveolares se produce el surfactante pulmonar que es un líquido con una consistencia especial que aumenta la tensión superficial impidiendo que los pequeños alveolos colapsen. La mayoría de los bebés que nacen con menos de ocho meses de gestación, deben permanecer en incubadora ya que sus pulmones no han madurado lo suficiente y entre otras deficiencias, aún no producen el factor surfactante.
Ya hemos presentado los bronquios, bronquiolos y los alveolos que se encuentran dentro de los pulmones, pero aún nos quedan por describir varias de sus estructuras.
Los pulmones ocupan la mayor parte del tórax o caja toráxica que está bordeada por el esternón, las costillas, la columna vertebral y una serie de músculos. En medio de los dos pulmones, tenemos un espacio llamado mediastino, en él se encuentra la glándula timo y da espacio al esófago, los bronquios y una serie de venas, arterias y nervios. Al frente del mediastino tenemos el esternón que en su parte superior está formado por el manubrio y en la parte inferior por la apófisis xifoides, a él se unen 10 costillas mediante articulaciones cartilaginosas.
El pulmón derecho está dividido por varias cisuras en tres lóbulos, mientras que el izquierdo está formado por dos lóbulos y es un poco más pequeño, ya que cede un poco de su volumen al corazón y pericardio.
En la cara interna de cada pulmón, que bordea con el mediastino, tenemos un área con forma rectangular llamada hilio que tiene varios orificios, a través de los cuales cruzan los bronquios, arterias y venas.
Como ya explicamos en la unidad del sistema cardiovascular, entre el corazón y los pulmones se da la circulación sanguínea pulmonar. En este caso las venas (definidas de esta forma por su constitución anatómica) son las que transportan la sangre oxigenada, es decir que van de los pulmones hacia el corazón, llegando a la aurícula izquierda. Mientras que las arterias que parten del ventrículo derecho del corazón llevan la sangre poco oxigenada hacia los pulmones, donde se libera el dióxido de carbono que pasa hacia los alveolos, y de ahí al medio externo.
Los pulmones están recubiertos por una envoltura llamada la pleura, que a su vez tiene dos membranas: la pleura visceral está en contacto con los pulmones y la pleura parietal es la membrana externa. Entre ellas hay un líquido cuya función es reducir la fricción y facilitar el proceso respiratorio, a la vez que sirve de protección a los pulmones.