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La cesárea consiste en un parto mediante una incisión en el vientre de la mujer. Es una cirugía que se remonta al menos al tiempo de los romanos. La cesárea se practica actualmente con un mínimo de riesgo, aunque también cabe señalar que tan solo es necesaria en un mínimo de casos 4-5% únicamente cuando exista algún factor que impida el parto natural o cuando el vida del bebé y/o la mamá estén en peligro. Por ejemplo:
La Organización Mundial de la Salud estima que esta cirugía no debería exceder el 10-15% de los partos en alguna región determinada, sin embargo, tal vez por comodidad o conveniencia de los médicos y la madre, y también debido a una desinformación la cesárea se practica cada vez con mayor frecuencia, sobre todo en segmentos de la clase alta. En Reino Unido el porcentaje de partos por cesárea llega al 20%, en Estados Unidos al 23% y en México se eleva hasta el 43%.
La cesárea, por lo regular se lleva a cabo con anestesia epidural o raquídea, anestesiando de la cintura para abajo a la mujer. Se requiere que la mujer haya ingerido el último alimento unas 8 horas antes y haber tomado agua 6 horas antes de la cirugía.
Cuando de antemano se determina que la situación de la gestación requiere de cesárea, la cirugía se podrá programar por anticipado para la fecha más conveniente, normalmente a partir de la semana 34, aun cuando hay obstetras que opinan que lo mejor es esperar hasta el momento de las contracciones para así tener un parto dentro de las circunstancias más naturales para la madre y el bebé.
Hoy en día, la tendencia gira en torno a la «cesárea rápida» (técnica de Misgav Ladach). En esta técnica en lugar de cortar se usan los dedos para ampliar la incisión separando los músculos y tejido adiposo para sacar al bebé. Se practica una incisión en el útero que luego ha de suturarse. Por lo tanto, este método no requiere suturas profundas y es menos agresivo para la madre, causando menos molestias y tiempo de recuperación.
Hasta hace pocas décadas se decía que una vez que una madre había tenido un parto por cesárea, sus siguientes partos tendrían que ser iguales. Esto ya que, al hacer la incisión en el útero, este se daña y ya no permite un parto natural, sin embargo, debido a que ahora se practica la incisión horizontal, en la mayoría de los casos el útero muchas veces se recupera y es posible que en el futuro la madre tenga un parto natural.
En la actualidad se realizan varios estudios para determinar qué tan conveniente es realizar una cesárea en comparación a un parto natural. El riesgo de muerte por cesárea es 3-4 veces mayor que el de un parto normal. En primer lugar, ya que se trata de una cirugía mayor los riesgos son mayores, así como el tiempo de recuperación que puede tardar varias semanas. Las complicaciones pueden ser:
También se ha investigado acerca de los efectos a corto, mediano y largo plazo en los bebés. Se estima que los bebés que nacen por cesárea pueden tener mayores problemas al comenzar a respirar, algunos con mayor tendencia a desarrollar asma en la niñez. Según estudios de la Universidad de Melbourne, la práctica de la cesárea también tiene efectos negativos en los niños entre 4 a 9 años en su desarrollo cognitivo. La lactancia y alimentación del bebé se dificulta en los primeros días debido a las drogas usadas para la cirugía. Por otra parte, la cesárea es un procedimiento que ha facilitado muchos partos que de otra forma hubieran sido muy complicados y sobre todo, ha salvado la vida de muchas madres y bebés.
Para dudas o comentarios: info.gfulineasolar@gmail.com