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Trastornos genéticos

 

Unidad III Lección 8

Uno de los alcances más increíbles de la bioenergética es la capacidad corregir posibles trastornos genéticos. Al intervenir en la genética ya no se trata del equilibrio del pH, sino de modificación de las secuencias del ADN y la activación o supresión de la expresión del genoma humano.
El genoma humano está compuesto por 23 pares de cromosomas, y a su vez cada uno contiene cientos de genes. Los primeros 22 pares se les llama autosomas y el último par 23 es el que determina el sexo: XX para mujer y XY para el hombre.
Los cromosomas están compuestos por moléculas de ADN. La molécula de ADN consiste en dos cadenas que serpentean, una alrededor de la otra, como una escalera de caracol. Cada cadena tiene una espina dorsal en la cual se alternan un azúcar (desoxirribosa) y un grupo fosfato. A cada azúcar se une una de las cuatro bases: adenina (A), citosina (C), guanina (G) o timina (T). Estas cuatro proteínas forman el “alfabeto” o código donde se encuentran cifradas las instrucciones para formar a la célula y regular su funcionamiento. La larga molécula de ADN puede contener cientos o miles de genes, cada uno con un paquete de instrucciones.
La molécula de ADN es la misma para todos los organismos vivos, al menos todos los que hemos estudiado en la Tierra. Lo mismo se trate de un árbol, de un pulpo, un elefante, un hongo o humano; todos los seres vivos tenemos cifrada la información genética en la molécula de ADN. Lo que cambia es la secuencia de las “letras” (aminoácidos) y la cantidad de genes.
Se estima que el genoma humano pueda contener unos 20,000 genes repartidos en los 46 cromosomas. Sin embargo, no hay un consenso sobre la cantidad exacta de genes que forman el genoma humano debido a varias razones. En primera, los métodos que se emplean de un laboratorio a otro, los cuales se valen de modelos informáticos y tecnología muy compleja que arrojan distintos resultados. Otra de las razones es la misma definición de gen. Si definimos gen como aquella secuencia, que a través de la molécula de ARN pueda producir una proteína, entonces sólo existen unos 20,000 genes, como ya mencionamos. Sin embargo, se han identificado alrededor de otros 18,000 que tienen otras funciones distintas a las de crear proteínas.
Además, tenemos el “ADN basura” formado por la mayoría de las bases, que aún no se sabe si tengan alguna función, o solo hayan quedado ahí en la molécula como un remanente de las etapas evolutivas.
Lo que sí ha intrigado a los científicos es que la cantidad de genes no tiene relación con la complejidad del organismo. Puede haber organismos muy elementales con más de 100,000 genes mientras que el hombre, que se considera en la cúspide de la evolución tiene tan solo 20,000. No cabe duda que la genética es todavía un campo con muchas sorpresas por descubrir.

Epigenética

A partir de principios del siglo XXI comenzó a desarrollarse una nueva rama de la genética llamada la epigenética que literalmente significa “más allá de la genética”. Lo que se ha descubierto es que la secuencia del ADN y los genes en sí son tan solo como un libro de recetas que tiene todas las instrucciones para el funcionamiento de la célula. Pero, tan importante como tener el libro, de decidir qué genes se activarán y cuáles quedarán suspendidos. Es decir que la epigenética estudia cómo es que el cuerpo es capaz de activar o desactivar los genes de acuerdo a las situaciones que se le presentan a la célula. Para tal fin, el núcleo de la célula está compuesto por toda una variedad de moléculas que rodean al ADN y que son las encargadas de activar o desactivar los genes. Lo interesante es que, según los últimos estudios, la configuración de genes activos o inactivos que tienen los padres, en el momento de la concepción, es la que heredan a sus hijos, junto con los genes.
Es decir que, si los padres tienen buenos hábitos como buena alimentación, práctica de ejercicio, etcétera; entonces al momento de engendrar a sus hijos, no solo le heredarán sus genes sino también le indicarán cuáles estarán activos. Es decir que si lo padres tienen los hábitos saludables ya mencionados, heredarán sus hijos la información para activar los genes correspondientes a esa condición y estilo de vida. Mientras que, en el caso contrario, los padres con vicios y malos hábitos para la salud heredarán a sus hijos una secuencia de genes activos que harán que sus células reaccionen.de antemano, ante condiciones adversas como presencia de tóxicos, exceso de grasas, radicales libres, desbalance del pH, etcétera. Por lo que los bebés serán más propensos a padecer alergias, desórdenes del sistema inmune, desórdenes metabólicos, inflamación sistémica, y aún aspectos como el estrés o trastornos emocionales, ya que las emociones en el fondo no son otra cosa que bioquímica y hormonas.
Hasta ahora, no hay terapeutas que manejen la epigenética a través de la bioenergética, sin embargo, es un campo de trabajo que promete buenos resultados. Brindamos esta información para que los biomagnetistas se interesen en ahondar en el estudio de la epigenética y así tengan más herramientas para indagar sobre el origen de muchas enfermedades, o condiciones, que de esta forma pueden ser heredadas de padres a hijos.

Tipos de desórdenes

Los desórdenes genéticos se pueden definir de acuerdo a los siguientes tipos:
Desorden numérico. Cuando hay una cantidad anormal de un cromosoma como es el caso de la trisomía 21 o Síndrome de Down.
Desorden estructural. Cuando hay una alteración en la estructura del cromosoma, en este caso se alteran los genes con duplicaciones, supresiones, inversiones, desplazamientos (translocaciones) o anillos.
Mutación congénita. El trastorno se hereda de uno o los dos padres; o bien, se da en las etapas de formación de los gametos (óvulo o espermatozoide); o en las primeras etapas de la formación del embrión. Como resultando: todas las células del organismo presentan la mutación.
Mutación tipo mosaico. Se da en el transcurso de la vida del individuo, como resultado solo algunas células o tejidos presentan la mutación. La mutación tipo mosaico se da por daños al genoma a lo largo de la vida ya sea por agentes patógenos, radicales libres, o por radiación. El cáncer por lo regular es resultado de este tipo de trastornos.

Par Mariquita

El método para tratar los desórdenes genéticos fue descubierto por el Dr. Isaac Goiz Durán y se auxilia de un par llamado “Mariquita”, al parecer haciendo honor a la mamá del Dr. Goiz. En la mayoría de los libros el par se ubica en el mango esternón, o también manubrio del esternón, que es la articulación donde se unen las clavículas con el esternón. Algunos estudiantes afirman que el Dr. Goiz mencionaba “membrana interdigital” la cual puede aparecer entre los dedos de las manos o pies, pero realmente el par se aplica en el manubrio del esternón.

Protocolo

Se pregunta si existe algún trastorno genético que se pueda tratar en la sesión.
Si la respuesta es afirmativa colocamos el imán negativo en el manubrio del esternón y revisamos si la pierna responde (acortamiento o elongación). Luego se va indagando por cada cromosoma:

  • cromosoma 1
  • cromosoma 2
  • cromosoma 3 ...
  • hasta llegar al cromosoma 22
  • A continuación, preguntamos por el cromosoma XX o XY, según se trate de una mujer o de un hombre.

Si en algún cromosoma encontramos un acortamiento, ahí colocamos el imán positivo junto al negativo y preguntamos cuántos minutos de tratamiento. También es importante ordenar al cuerpo y al supraconsciente “Equilibrar el cromosoma (número) en forma permanente.” Podemos repetir el protocolo desde el principio para saber si hay algún otro cromosoma que requiera tratamiento. Pasado el tiempo de tratamiento podemos revisar si se ha equilibrado el cromosoma.
En bioenergética no hay protocolos que se deban seguir a rajatabla, este es el que proponemos en base a las enseñanzas del Dr. Goiz, y después de escuchar las experiencias de varios colegas. Sin embargo, cada quien podrá en la práctica encontrar métodos distintos que serán igualmente válidos, siempre y cuando rindan frutos.
Por ejemplo, hay quienes dicen que solo basta colocar el imán en negativo sobre el punto, y que se puede colocar en el momento que se encuentra en cromosoma con trastornos. También hay quienes aplican el tratamiento usando el punto Gen (en el ombligo) con el polo negativo, en lugar de usar el mango esternón, obteniendo igualmente buenos resultados.

Cuándo aplicar el protocolo

El protocolo se puede aplicar como parte integral de la sesión de biomagnetismo, especialmente cuando una persona acude a consulta por primera vez y en especial si uno sospecha que los síntomas de la persona puedan tener su raíz en algún tipo de trastorno genético. De entrada, sabemos que hay enfermedades y síndromes que pueden obedecer a esta condición como:

  • Síndrome de Down (trisomía 21)
  • Fibrosis quística
  • Enfermedad de Huntington
  • Distrofia muscular de Duchnne
  • Anemia de Células Falciformes
  • Hemofilia
  • Enfermedad de Tay-Sachs
  • Trisomía del par 18
  • Entre muchos otros…

Algunos trastornos pueden deberse a una combinación de varios factores como anomalías genéticas, sumadas a factores ambientales como es el caso del labio leporino, defectos cardiacos, paladar hendido o defectos en el tubo neural. Además de los trastornos adquiridos durante la vida (tipo mosaico) en muchos casos degenerando en varios tipos de cáncer:

  • Cáncer de mama
  • Cáncer de próstata
  • Cáncer cervicouterino
  • Leucemias…

Los trastornos genéticos pueden haber sido heredados directamente de uno o ambos padres, que ha su vez pueden tener esos defectos genéticos en forma recesiva o manifiesta. O bien, pueden deberse a factores ambientales como alcohol, medicamentos, drogas, metales pesados como plomo o mercurio, exposición a altos niveles de radiación o determinadas infecciones (como rubeola). El feto es más sensible a este tipo de sustancias, llamadas teratógenas durante los primeros tres meses de embarazo.
Por cierto, que los trastornos genéticos, así como muchas otras anomalías se pueden detectar y tratar en los fetos desde las primeras etapas del embarazo gracias a la bioenergética, de esta forma cambiando en 180° la futura vida del bebé.
Pero muchos otros trastornos son menos evidentes, o son enfermedades poco comunes y ende poco conocidas. El biomagnetista comenzará por aplicar el protocolo y equilibrar los cromosomas que lo requieran, esperando (con fe) el mejoramiento del paciente. Por lo regular al encontrar algún cromosoma alterado vemos que los síntomas o enfermedades de la persona corresponden a los causados por los trastornos genéticos. En la Guía de biomagnetismo ofrecemos toda una serie de artículos donde se presentan los trastornos más comunes que se han encontrado en cada uno de los cromosomas, así que es una herramienta muy útil para el tratamiento de trastornos genéticos.

 

Completado

 


Preguntas o comentarios: info.gfu.lineasolar@gmail.com

 

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