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Trastornos del sistema inmune

 

Unidad III Lección 5

Las alergias

No siempre, el sistema inmune funciona en forma perfecta, algunas veces reacciona en forma desproporcionada ante sustancias que realmente no son nocivas para el organismo, provocando lo que conocemos como una reacción alérgica. Las alergias pueden ser reacciones moderadas, se pueden manifestar en la piel como salpullido, en los ojos, o en vías respiratorias como congestión nasal. La inflamación silenciosa, que ya estudiamos en el apartado anterior es un tipo de reacción del sistema inmune muy parecido a las reacciones alérgicas, con mecanismos similares como inflamación y aumento de temperatura.

En algunas ocasiones las reacciones alérgicas pueden presentarse reacciones severas de inflamación sistémica aguda que además de los síntomas anteriores afectan a todos los sistemas, como al cardiovascular y al sistema respiratorio, que al inflamarse pone en peligro la vida de la persona. Es lo que se conoce como choque anafiláctico. La administración de epinefrina puede contrarrestar los efectos de las sustancias inflamatorias (histaminas) que genera el sistema inmune. En estos casos la vida de la persona puede correr peligro. En biomagnetismo el par riñón – riñón puede lograr un efecto similar.
Pero, ¿Qué es lo que provoca que el sistema inmune se salga de equilibrio y tenga este tipo de reacciones alérgicas? Existen diversos factores como la predisposición genética (hereditario); mientras otros tienen que ver con el desarrollo del sistema inmune del niño desde su nacimiento (o incluso antes). Una madre que tiene un cuerpo contaminado con tóxicos (cigarro, alcohol, medicamentos, alimentación chatarra) es más probable que tenga un bebé con un sistema inmune fuera de balance, ya desde el momento del vientre le está heredando una buena o mala salud.

Luego viene el estilo de vida ¿Qué tipo de alimentación tiene el bebé? Lo más recomendado es la alimentación natural: al menos los primeros 6 meses de vida sólo la leche materna, luego ya se podrá ir agregando diversos alimentos. La leche es la primera “vacuna” que recibe el neonato, con la que comienza a formar su microbiota intestinal. Estas bacterias, que nos acompañan a lo largo de toda la vida tienen múltiples funciones como ayudar a la digestión de los alimentos, atacar a otras bacterias patógenas, y ayudar al sistema inmune a poder identificar bacterias “buenas” de la “malas”. Por lo tanto, mantener una buena microbiota es vital para desarrollar un buen sistema inmune, así como para la salud en general.
No está por demás recordar las recomendaciones generales: ingerir probióticos, comer más alimentos ricos en fibra, ingerir verduras y frutas en abundancia y evitar los alimentos procesados y de origen animal. Desde pequeños acostumbrar a los niños a comer sanamente, evitando las grasas saturadas y el exceso de azúcar. Desde pequeño se puede educar al paladar del niño para preferir los alimentos saludables de los nocivos.

Enfermedades autoinmunes

Una función más que tiene el sistema inmune es la de eliminar a las células de nuestro propio organismo cuando estas se encuentran dañadas. El daño en las células se puede deber a varios factores como el estar infectadas por algún virus, el haber sufrido mutación genética, el presentar signos de vejez o cualquier otro tipo de daño. El sistema inmune es capaz de detectar las señales que le indican cuando eliminar a este tipo de células. Los linfocitos T citotóxicos (se producen en el timo) son los encargados de reconocer las células senescentes de las células “normales”.

Las enfermedades de tipo autoinmune ocurren cuando el sistema no es capaz de hacer esta distincción y ataca a las células y tejidos que se encuentran en buen estado. Como ya mencionamos, el desequilibrio del sistema inmune, que se manifiesta como inflamación silenciosa, favorece los distintos tipos de enfermedades autoinmunes.
Existen más de 80 tipos de enfermedades de tipo autoinmune, repasemos algunas de ellas:

  • Enfermedad de Addison, afecta las glándulas suprarrenales.
  • Celiaquía (esprúe) (enteropatía por gluten)
  • Dermatomiositis, se presenta con debilidad muscular y salpullido en la piel.
  • Enfermedad de Graves, produce hipertiroidismo (exceso de actividad de la glándula).
  • Tiroiditis de Hashimoto, produce hipotiroidismo (déficit de actividad).
  • Esclerosis múltiple, afecta al sistema nervioso.
  • Diabetes tipo I, afecta al páncreas, se puede padecer desde corta edad.
  • Esclerodermia, puede afectar diversos tejidos causando inflamación.
  • Miastenia gravis, afecta al sistema neuro-muscular.
  • Anemia perniciosa, trastorno del aparato digestivo que impide la absorción de la vitamina B12.
  • Artritis reactiva, afecta a las articulaciones.
  • Artritis reumatoidea, también afecta las articulaciones.
  • Lupus eritematoso sistémico, multisistémica, es decir que afecta a todo el organismo.
  • Diabetes tipo II, afecta al páncreas (producción de insulina).
  • Síndrome de Sjogren, afecta glándulas salivares, lacrimales, entre otras.

Para más información sobre estos trastornos consulte la Guía de biomagnetismo en el artículo enfermedades autoinmunes.
Finalmente, veamos otros factores importantes que favorecen la aparición de las enfermedades de tipo autoinmune:

  • Cáncer en especial en caso de tratarse de linfoma, o de cáncer en la médula ósea.
  • Diabetes y otras enfermedades metabólicas disminuyen la capacidad del sistema inmune.
  • Infecciones como el VIH-Sida o bien por cualquier otro patógeno ya sea virus, bacteria, hongo, parásito, etc. En general toda enfermedad prolongada o crónica va debilitando al sistema inmune.
  • Desnutrición, ya que el organismo no cuenta con los elementos necesarios: minerales como el calcio o vitaminas como el complejo B, vitaminas C, D, E…
  • Estrés, el estrés sumado a otros factores como sueño deficiente a la larga van causando varios desequilibrios y mermando la salud del organismo, el sistema inmunológico es de los más afectados bajo estas condiciones.
  • Fármacos, algunos fármacos pueden alterar la respuesta inmunitaria, sobre todo los inmunodepresores que se utilizan para evitar el rechazo de trasplante de órganos, reducir reacciones alérgicas o los efectos de trastornos autoinmunes.
  • Quimioterapia afecta en gran medida la respuesta del sistema inmune.
  • Sustancias tóxicas: químicos, alcohol, cigarro, drogas…
  • Leche de vaca y sus derivados.
  • Exposición a radiación, incluso la radioterapia puede afectar el funcionamiento del sistema inmune.
  • Trastornos renales o hepáticos.
  • Vejez ya que con el tiempo se producen menos glóbulos blancos (particularmente Linfocitos-T) y además se pueden comenzar a presentar deficiencias en su estructura y funciones.

 

Completado

 


1. journals.physiology.org

2. www.frontiersin.org


Preguntas o comentarios: info.gfu.lineasolar@gmail.com

 

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