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La conciencia cuántica

 

Unidad 2 Lección 4

Con los elementos analizados hasta ahora ya tenemos una noción bastante convincente del proceso de comunicación que permite la bioenergética:
Como emisor tenemos al terapeuta que emite la órden desde la corteza cerebral en el área post Rolámbica, según aseveró el Dr. Goiz. El cuerpo del receptor-paciente recibe la información y es trasmitida, junto con la energía gracias al agua cristal líquido. Finalmente el ADN es quien recibe, procesa y acata la orden recibida.
Sin embargo, la forma precisa cómo se transmite la información, en forma inalámbrica, del emisor A al receptor B sigue siendo un enigma. Problema que podemos resolver usando los conceptos de la física cuántica.

La física cuántica al rescate

Este modelo científico nacido en el siglo XX, que ya presentamos en el capítulo pasado, nos permite trascender las limitaciones del espacio-tiempo propias de la física clásica. Bajo ciertas circunstancias se puede dar un tipo de comunicación parecido al entrelazamiento cuántico y lograr una comunicación, sin importar la distancia física entre el emisor y el receptor.
Suponemos que no es el cerebro físico del terapeuta quien se comunica en el plano metafísico o cuántico; más bien es la Mente superior la que es capaz de lograr la comunicación, ya que ella trabaja en el plano superior o metafísico, cuyas reglas son similares a las de la física cuántica, es decir que no existe limitación espacio-temporal. En comparación la mente inferior esta confinada al cerebro y al sistema nervioso del cuerpo humano y sus únicas herramientas de conocimiento son los sentidos físicos.

computadora cuántica

Mientras que la mente inferior funciona como una computadora tradicional, la mente superior funciona como una computadora cuántica o incluso mejor. Pero lo que sí puede hacer la mente inferior (el cerebro) es entrar en contacto con la mente superior, hacer las preguntas y recibir las respuestas por diversos medios.

La ciencia occidental, tan solo ha estudiado las facultades mentales propias del cerebro: memoria, intelecto, imaginación, emociones que forman parte de la conciencia. De acuerdo a la psiquiatría estas facultades son el producto de la actividad cerebral, así que al dejar de funcionar la corteza cerebral se detienen.
Pero para las filosofías orientales, existen distintos niveles de conciencia y de manifestación. Los textos hindúes, por su parte, hablan de Vijnanamaya kosha que puede traducirse literalmente como envoltura (cuerpo) de sabiduría y conocimiento; es una mente que transciende los límites de la mente del cerebro, más ligada a las emociones. Este concepto es el que mejor se ajusta a lo que en bioenergética hemos dado en llamar “Mente superior” o “Supraconsciente”.

Entonces, el terapeuta debe aprender a usar su cerebro solo como un canal o una antena para conectarse con la mente superior; más que imponer una respuesta, debe abrir su mente, dejarla en blanco para permitir que la mente superior se manifieste. Consideramos imprescindible estudiar la naturaleza y características de la Mente superior, así como la verdadera naturaleza “Mental” del universo, ya que al parecer son conceptos estrechamente ligados.
La física cuántica ya nos da indicios de que el universo no es tal como suponemos en base a nuestros sentidos y nuestra razón. Como sugiere Fritjof Capra en su libro El Tao de la Física: estudiar las filosofías ancestrales con una nueva mirada nos podrá dar una visión más clara y amplia de la esencia mental y holística del universo.

Fractales en nuestros cuerpos

Mientras escribo esta lección ha llegado a mis manos un interesante artículo publicado en la página “Tendencias” acerca del estudio de fractales cuánticos, que podrían describir cómo es que el cerebro produce la conciencia a un nivel cuántico:

“Una de las cuestiones abiertas más importantes de la ciencia es cómo se establece nuestra consciencia. En la década de 1990, mucho antes de ganar el Premio Nobel de Física 2020 por su predicción de los agujeros negros, el físico Roger Penrose se asoció con el anestesiólogo Stuart Hameroff para proponer una respuesta ambiciosa.
Afirmaron que el sistema neuronal del cerebro forma una red intrincada (de pequeñas estructuras llamadas “neurobútulos” y que dentro de ellos se podrían producir las facultades mentales, como la conciencia siguiendo las reglas de la mecánica cuántica) Penrose y Hameroff fueron recibidos con incredulidad. Las leyes de la mecánica cuántica generalmente solo se aplican a temperaturas muy bajas. Los ordenadores cuánticos, por ejemplo, en la actualidad funcionan a alrededor de -272 °C . A temperaturas más altas, la mecánica clásica se hace cargo. Dado que nuestro cuerpo funciona a temperatura ambiente, es de esperar que se rija por las leyes de la física clásica. En pocas palabras el cerebro humano es un lugar demasiado cálido y húmedo como para que se las partículas se comporten en forma cuántica. Por esta razón, la teoría de la consciencia cuántica ha sido descartada por muchos científicos.
Todavía no podemos medir el comportamiento de los fractales cuánticos en el cerebro, si es que existen. Pero la tecnología avanzada significa que ahora podemos medir fractales cuánticos en el laboratorio.
En una investigación reciente que involucró un microscopio de efecto túnel (STM), mis colegas en Utrecht y yo dispusimos cuidadosamente los electrones en un patrón fractal, creando un fractal cuántico. Cuando luego medimos la función de onda de los electrones, que describe su estado cuántico, descubrimos que ellos también vivían en la dimensión fractal dictada por el patrón físico que habíamos creado. En este caso, el patrón que usamos en la escala cuántica fue el triángulo de Sierpiński, que es una forma que se encuentra en algún lugar entre unidimensional y bidimensional. Este fue un hallazgo emocionante, pero las técnicas STM no pueden sondear cómo se mueven las partículas cuánticas, lo que nos diría más sobre cómo pueden ocurrir los procesos cuánticos en el cerebro.

triángulo de Sierpiński

Entonces, en nuestra última investigación, mis colegas de la Universidad Jiaotong de Shanghai y yo fuimos un paso más allá. Utilizando experimentos fotónicos de última generación, pudimos revelar el movimiento cuántico que tiene lugar dentro de los fractales con un detalle sin precedentes. Logramos esto inyectando fotones (partículas de luz) en un chip artificial que fue diseñado minuciosamente en un diminuto triángulo de Sierpiński. Inyectamos fotones en la punta del triángulo y observamos cómo se extendían por su estructura fractal en un proceso llamado transporte cuántico.
Luego repetimos este experimento en dos estructuras fractales diferentes, ambas con forma de cuadrados en lugar de triángulos. Y en cada una de estas estructuras realizamos cientos de experimentos. También realizamos experimentos en un fractal de forma cuadrada llamado alfombra de Sierpiński.
Nuestras observaciones de estos experimentos revelan que los fractales cuánticos en realidad se comportan de manera diferente a los clásicos. Específicamente, encontramos que la propagación de la luz a través de un fractal se rige por diferentes leyes en el caso cuántico, en comparación con el caso clásico. Este nuevo conocimiento de los fractales cuánticos podría proporcionar las bases para que los científicos prueben experimentalmente la teoría de la consciencia cuántica.”
Si las mediciones cuánticas se toman un día del cerebro humano, podrían compararse con nuestros resultados para decidir definitivamente si la consciencia es un fenómeno clásico o cuántico. Nuestro trabajo también podría tener profundas implicaciones en todos los campos científicos.
Al investigar el transporte cuántico en nuestras estructuras fractales diseñadas artificialmente, es posible que hayamos dado los primeros pequeños pasos hacia la unificación de la física, las matemáticas y la biología, lo que podría enriquecer enormemente nuestra comprensión del mundo que nos rodea, así como del mundo que existe en nuestras cabezas.(1)

Estos descubrimientos no dejan de sorprenderme y traen a mi mente los descubrimientos de la Dra. Esther del Río sobre el agua cristal líquido. Las estructuras que forman el agua cristal tal vez también se trate de fractales cuánticos que, de alguna forma también soporten el fenómeno de la consciencia.
Un tema que intriga solo a unos cuantos científicos ya que la psiquiatría es capaz de explicar la mayoría de los procesos mentales, incluida la conciencia misma. Según la ciencia médica los procesos mentales son producto del sistema nervioso central, donde todas las neuronas funcionan en conjunto para producir las facultades mentales, en forma similar a como los transistores y microchips procesan al información en una computadora. De hecho, algunos afirman que mediante inteligencia artificial una computadora, o un robot es capaz de tener cierto sentido de sí mismo; y esto sería el principio de la autoconsciencia. Si esto es así, entonces ¿para que molestarse en buscar una explicación en el nivel cuántico?
El problema es que la ciencia puede explicar casi todos los fenómenos de la conciencia, a excepción de algunos como la percepción extrasensorial, la telepatía, las experiencias cercanas a la muerte, y por supuesto: la curación a distancia o telebioenergética. Ya que la ciencia no tiene explicación para estos fenómenos, simplemente los niega sistemáticamente.

Microtubulos, según Penrose y Hameroff, la estructura donde se podría generar la conciencia en un nivel cuántico.

Con toda esta información no pretendo presumir que la física cuántica sea la explicación incuestionable de la conciencia o que la telebioenergética, sea posible gracias al entrelazamiento cuántico. Esto sería apresurarnos a formular conclusiones sin contar con suficiente sustento, lo cual además de ponernos en riesgo de caer en el error nos impedirían el seguir investigando y profundizando en este interesante campo.
Los conceptos que he presentado en el capítulo anterior y el presente como el agua cristal líquido, el entrelazamiento cuántico, el ADN como receptor de mensajes; cada uno ha sido descubierto gracias al arduo trabajo de distintos invesigadores, creo que entre todos se puede ir formando el rompecabezas del fenómeno que llamamos bioenergética. En lo personal, no me parece que sea un modelo completamente acabado, probablemente en el futuro contemos con más elementos que nos permitan comprender más a detalle los procesos y fenómenos a los que somos capaces de acceder mediante le esfuerzo mental. Es cierto que aún quedan varias cuestiones por resolver:

¿Estamos seguros que la comunicación en telebioenergética se da a un nivel cuántico?
En tal caso, ¿como es que el cerebro pasaría de un estado clásico (razonamiento) a un estado cuántico (intuición)?
¿Cómo es la naturaleza de aquello que hemos dado en llamar supraconsciente?
¿El supraconsciente es individual o colectivo?...
¿Se podría crear una inteligencia artificial capaz de hacer sesiones de telebioenergética?

Por el momento adoptamos el modelo cuántico tan solo como una hipótesis, ya apresurar conclusiones nos etiquetaría en lo que los escépticos llaman “charlatanería cuántica”.

Actividades complementarias:

Ver video
- La conciencia proviene del alma, hipótesis Penrose-Hameroff www.portalcienciayficcion.com

Lecturas recomendadas:
La conciencia podría ser el resultado de procesos cuánticos en el cerebro por Cristiane de Morain Smith, publicado en The Conversation, y luego en Tendencias 21
La nueva mente del emperador Por Roger Penrose, Ed. Gijalbo Mondadori.

 

Completado

 


1 - Por: Cristiane de Morais Smith es profesora de Física Teórica en la Universidad de Utrecht. Publicado primero en “The Conversation” y luego en Tendencias21: https://tendencias21.levante-emv.com/la-consciencia-podria-ser-el-resultado-de-procesos-cuanticos-en-el-cerebro.html


Preguntas o comentarios: info.gfu.lineasolar@gmail.com

 

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