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Bioenergética, un nuevo paradigma médico

 

Unidad 2 Lección 3

Tal vez se pregunte porque hemos dedicado tantas páginas para abordar la historia de física y la mecánica cuántica, que poco tienen que ver con el campo de la salud. Esto es porque resulta de vital importancia comprender los distintos paradigmas científicos para entender que terreno estamos pisando cuando practicamos biomagnetismo y bioenergética. Resulta evidente que la física mecanicista, prevaleciente durante cientos de años, no nos alcanza para entender el biomagnetismo, y mucho menos la telebioenergética (tratamiento a distancia).

Los planos en los que opera el biomagnetismo

Cuando hablamos de procedimientos como cirugías, masajes, drenados, estamos actuando meramente en el plano físico y los mecanismos se pueden entender fácilmente con las leyes de la física. En muchos aspectos, el cuerpo físico puede ser entendido como una máquina: El sistema cardiovascular es una red de “tubos” con una bomba (el corazón) que impulsa la sangre. El aparato digestivo en esencia, es un tubo que atraviesa el cuerpo. Los músculos y tendones son similares a pistones y cables tensores que conectan los huesos. Mientras que el cerebro puede ser entendido como una computadora que en lugar de silicio usa transistores a base de proteínas y otros compuestos químicos, en lugar de plástico como aislante el cerebro usa la grasa.
Leonardo Da Vinci, después de estudiar la anatomía humana llegó a la conclusión de que, en cierta forma, el cuerpo humano era como una máquina que podría ser emulado por el hombre. En base a este concepto dedicó muchas horas para crear el primer autómata del que tenemos noticia; era una máquina con forma humana capaz de mover las extremidades superiores mediante una serie de cables y poleas.

Con la invención del microscopio y más tarde el desarrollo de la química la ciencia ha podido entender los organismos vivos más a profundizar. En los últimos años los médicos han estudiado con lujo de detalle los cientos o miles de reacciones químicas que hacen posible el funcionamiento celular. La célula vista como un pequeño organismo, en sí mismo o también como una pequeña fábrica que cumple sus propias funciones, así como aquellas que sirven a todo el organismo: las funciones sociales. A partir de la bioquímica es que se han podido desarrollar los cientos de medicamentos y remedios que ofrece la medicina alopática, un gran triunfo de la tecnología. Pero aún ahí nos encontramos en el plano de la física mecanicista.
Para entender la química, y por ende los procesos biológicos es necesario comprender los tipos de enlaces de los elementos y las moléculas y el papel que juegan las cargas eléctricas. Es decir que aquí ya estamos hablando de iones, de homeostasis, de potencial de hidrogeniones (pH). Por lo que ya en este nivel también entramos en el campo energético. En este punto es donde el Dr. Isaac Goiz Durán fundamentó su método: El par biomagnético logra el balance del pH ente dos puntos del organismo, o polos que hacen resonancia magnética. Es decir que aquí ya estamos hablando del nivel energético, el biomagnetismo trata con campo electromagnéticos.
La ciencia moderna ha profundizado en el estudio del electromagnetismo y en ello se sustenta gran parte de nuestra tecnología: radios, computadores, aviones, autos, etc. Sin embargo, el estudio del electromagnetismo y de otros tipos de energía en los seres vivos poco ha avanzado en la ciencia occidental. Las culturas antiguas, como la China o la India, nos brindan una mejor comprensión del funcionamiento del organismo humano en el plano energético; para ellas, el cuerpo físico era tan solo una manifestación de muchos otros planos.

Anatomía energética en las culturas antiguas

La Medicina Tradicional China estudió por siglos al cuerpo humano en su aspecto energético. La filosofía china se basa en el principio de la polaridad: Yinn, femenino y Yang masculino. Todo en la naturaleza puede ser entendido a partir de la polaridad y los ciclos de naturaleza que siempre conducen a un equilibrio. En el cuerpo humano la energía corre a largo de varios canales llamados meridianos, que a su vez están relacionados con los principales órganos del cuerpo humano. Cuando los órganos alteran su balance, ya sea que tengan carencia o exceso de alguna de las energías yinn o yang es cuando sobreviene la enfermedad, la acupuntura consiste en equilibrar la energía mediante la estimulación de puntos específicos, lo cual se puede hacer con diversos medios como agujas, los dedos o varitas calientes llamadas moxas. Ya que el tema de la Medicina China Tradicional es por demás extenso e igualmente importante lo abordaremos con más detalle en lecciones posteriores.

Otro tanto puede decirse de la antigua filosofía hindú, donde el cuerpo físico es llamado annamaya kosha que significa “envoltura hecha de alimentos”. Pero no es el único cuerpo, también tenemos el cuerpo energético “pranamaya kosha”, cuerpo mental “manomaya kosha”, cuerpo de conocimiento y conciencia “Vijnanamaya kosha”, y el cuerpo de dicha “Anandamaya kosha”.
Los chakras, o centros bioenergéticos ya son ampliamente conocidos en nuestra cultura occidental. Lo interesante, es que estos vórtices de energía, además de estar relacionados con los órganos también guardan relación con los diversos cuerpos energéticos y con estados de la psique. En las culturas antiguas la visión del ser humano era una visión holística, existe una estrecha relación entre el cuerpo físico, el emocional y el mental, y aún con el resto del cosmos. Todas las partes, por pequeñas que sean están conectadas, formando una unidad, formando un TODO.

Al estudiar a las culturas antiguas no hay más remedio que aceptar lo poco que sabemos acerca del cuerpo en su aspecto energético. Debemos seguir estudiando para entender en toda su magnitud como es que un par de imanes afectan los cuerpos sutiles, como equilibran las emociones y los efectos que logran, no solo en el plano físico, sino en muchos otros planos.

Buscando un nuevo modelo

A finales del siglo XX el Dr. Goiz comenzó a encontrar pares de tipo energético, y estos se fueron agregando sin más a la lista de pares ya conocidos relacionados con desequilibrio del pH de los órganos y presencia de patógenos. Más tarde aparecieron los pares de tipo psicoemocional, los cuales difícilmente pueden ser explicados en base a la alcalinización o acidificación de ciertos órganos, así que el modelo basado en alteraciones de pH y campos electromagnéticos comienza a quedar estrecho para explicar estos fenómenos.
El biomagnetismo afecta al físico, pero lo hace desde el plano energético, ya que no usa medicamentos ni intervenciones físicas como cirugías, sino imanes; por lo que se clasifica dentro de las terapias vibracionales, junto con el reiki, la homeopatía y otras tantas. La bioenergética, que es el tema que nos ocupa, no puede ser entendida si nos quedamos en el plano material o en el energético. Aquí entramos en un terreno completamente nuevo en la medicina occidental, para lo cual requerimos dar un “salto cuántico” por decirlo de alguna forma, y adoptar un nuevo paradigma.

Ondas electromagnéticas, ¿posible explicación?

El Dr. Moises Goiz Martínez en un artículo llamado Tecnología Inalámbrica ofrece una posible explicación del fenómeno de la telebioenergética:

“La siguiente teoría ofrece una explicación similar al fenómeno Bioenergético ya que debe existir una glándula en el cerebro capaz de transmitir por radio frecuencia y en código binario la información del rastreo de los pares biomagnéticos que realiza el médico biomagnético y otra glándula en el paciente se transmite por microondas, una carga electromagnética a cada punto del cuerpo hasta hacer resonancia y confirmar un par biomagnético. Las microondas son tan compactas que incluso pueden conducir electricidad a alta tensión y por supuesto campos electromagnéticos de más de 1000 Gauss. Experimentos con plantas demuestran comunicación mediante radiofrecuencia.
Por otro lado, para la curación a distancia presumo se utilice un sistema de paquetes firmados digitalmente que se transmiten a cada ser humano por cercanía, tal y como lo hace una radio base, hasta encontrar el destinatario y se consigue así una comunicación bidireccional; y al explicar los imanes en el pariente o amigo del paciente que se encuentra en nuestra proximidad (la antena?*) los campos magnéticos en forma de electricidad viajan por microondas hasta el paciente donde quiera que esté.” (1)

La explicación del Dr. Moisés Goiz supone que el cuerpo humano funciona de la misma forma que lo hacen las redes de telecomunicaciones actuales. Los cerebros serían como computadoras o teléfonos celulares con algún dispositivo (glándula) capaz de emitir microondas o señales electromagnéticas capaces de trasmitir datos y energía a distancia. Es decir que funcionaría en forma similar a las redes de telefonía celular. Sin embargo, esta explicación genera diversos problemas, que inmediatamente advertirán quienes entienden de transmisión por medio de ondas electromagnéticas:

Red de telefonía celular

¿Cuánta potencia eléctrica (voltaje) necesitaría esta glándula para poder transmitir radiofrecuencia a distancia? Sabemos que las antenas de telecomunicaciones necesitan gran potencia para poder abarcar un radio considerable de distancia. Entre mayor es la distancia a donde queramos llegar se necesitará mayor potencia ya que la señal disminuye su intensidad inversamente proporcional al cuadrado de la distancia. Es por eso que se usan antenas parabólicas para poder dirigir las ondas en una sola dirección. Regresando al modelo que propone el Dr. Moisés, ¿qué wataje necesitaría el cuerpo para poder emitir los mensajes? ¿Es posible hacer un experimento para medir si el cuerpo emite ese tipo de frecuencias? Hasta donde sabemos el corazón es el órgano que emite las ondas electromagnéticas más potentes, debido al diferencial de potencial producido por el nódulo sinoauricular, que es el responsable de controlar el latido cardiaco. El cerebro, aunque tiene gran actividad eléctrica genera un campo electromagnético menos intenso.
Suponemos que para transmitir el mensaje del emisor A al receptor B se requiera de varios intermediarios, de la misma forma que lo hacen las redes de antenas celulares, por lo mismo en algunas zonas, donde no hay antenas de telecomunicaciones nuestro teléfono celular se queda sin señal. ¿Cuál sería la distancia máxima entre cada una de las personas para poder transmitir la información?
¿Qué pasaría en el caso de que no hubiera suficientes personas colocadas a lo largo de toda la ruta de comunicación? Seguramente no sería posible la comunicación ni el tratamiento a distancia. Como sería el caso, por ejemplo, que la persona estuviera en un lugar aislado como en medio del océano, en un desierto o en alguno de los casquetes polares. En ese caso sería imposible transmitir el mensaje, como sucede con las redes de telefonía celular, que precisan que haya una antena cercana para poder recibir la señal. Según sabemos el primer paciente que trató el Dr. Goiz se encontraba en Italia, mientras el Dr. estaba en México. Sería muy poco probable que existiera en el momento una red de personas, que estuvieran dispuestas de tal forma que se diera la comunicación entre los dos países, cruzando el océano Atlántico.
Por otra parte, también habría que cuestionarse que tipo de antena debería tener el receptor (paciente) para poder captar la frecuencia del emisor. ¿Será posible que algún día la medicina descubra esa glándula que tenga las funciones de antena y aparato de radio? Como ya apuntaba, esta explicación de la telebioenergética, basada en ondas electromagnéticas y emisión desde alguna glándula del cuerpo, parece bastante improbable.

El Agua cristal líquido

La Dra. Esther del Río Serrano Química-Bióloga por parte del Instituto Politécnico Nacional, con maestría en la Universidad de Michigan y doctorado en ciencias con especialidad en Bioquímica por la Universidad de Córdoba, Argentina, aporta valiosos descubrimientos por los que ha sido nombrada mujer internacional del año, por la Universidad de Cambridge, donde le fue entregada la medalla y diploma que la acreditan.
La Dra. Esther del Río y un equipo de colaboradores encontraron que el agua que contiene nuestro organismo y hace que se conserve nuestro cuerpo tiene una estructura molecular similar a la de las aguas de Hunza, Vilcamba y Abjasia donde el promedio de vida es más de 110 años llegando a registrarse edades de hasta 130 y 140 años. El equipo que preside la Dra. Esther del Río ha logrado desarrollar la tecnología para producir el Agua Cristal Líquido.

agua cristal líquido

Gracias a los descubrimientos de la Dra Esther del Río, hoy sabemos que el agua de nuestro cuerpo en realidad es un estado intermedio de la materia que tiene propiedades de los cristales ópticos, es decir, puede actuar como sólido y como líquido a la vez, esto explica por qué a pesar de que somos en composición corporal más agua, tengamos masa, tonicidad y firmeza.
Se encontró que el agua cristal líquido, además de cumplir con la función de “relleno”, es una estructura bola que funciona como unidad de memoria, que lleva y trae información de manera exponencial a todas las células que conforman nuestro organismo.
Así la bioquímica celular funciona gracias a la información que transporta el agua cristal líquido.
En base a los descubrimientos de la Dra. Esther del Río sobre el Agua cristal, el Dr. Isaac Goiz Durán llegó a formarse el siguiente modelo de comunicación:

"Gracias en buena parte al trabajo de la Dra. Esther Del Río, quien descubrió que existen substancias paramagnéticas de óxido ferroso y óxido férrico en la periferia de las células corporales nos permiten entender que las transmisiones inalámbricas y bioenergéticas, son captadas fielmente por el ADN nuclear, que analiza la orden y cuando tiene la respuesta, realiza el acto de acortamiento corporal, porque la inducción bioenergética es instanténea dentro de la célula y en su periferia por la presencia de los cristales líquidos de agua H2O-37.
Otras de las comprobaciones de los receptores biológicos celulares, es decir del ADN, es la facilidad con la que los virus patógenos que son porciones codificadas de núcleo proteínas, ceden y desaparecen del organismo humano enfermo, cuando se les descubren por Bioenergética y se les ordena su inhibición o desaparición; como que los virus patógenos captan y entienden nuestras órdenes, por ello, actualmente y gracias al Biomagnetismo y a la Bioenergética médicas, es más fácil tratar patologías virales que las bacterianas, micóticas o parasitarias.”(1)

Según explica el Dr. Goiz, los cristales de agua son una pieza clave en la comunicación del pensamiento y la energía en el proceso del tratamiento a distancia; de esta forma se pueden rebasar los límites del espacio-tiempo, como lo señala:

“Este concepto nos permite entender que las subpartículas desafían el concepto ortodoxo de que la materia se atrae en razón directa de su masa y inversamente al cuadrado de sus distancias porque en bioenergética, se ha comprobado que la detección y la inducción a distancia es tan rápida y efectiva como cuando se realiza directamente en el paciente; es decir, que este fenómeno rompe con el tiempo y las distancias y unifica lo local con lo distante; es decir, unifica el todo como lo afirman los físicos teóricos actuales.
Las pruebas y prácticas, ahora ya comunes, que se han realizado en pacientes, han permitido la inducción para asistir a pacientes hospitalizados e inclusive a pacientes en otros lugares muy lejanos como Europa, Norte América, Sudamérica y Asia.
Este procedimiento también ha permitido rastrear a personas secuestradas para poder saber su existencia viva, su estado de salud y su posible ubicación”.(2)

Más adelante el Dr. Goiz continúa mencionando las áreas del cerebro involucradas en la transmisión de las órdenes del terapeuta. Lo interesante sería saber cómo es que llegó a esas conclusiones ¿mediante electroencefalogramas? lo dudo, más bien creo que fue preguntando directamente al supraconsciente.

“¿Qué áreas de la corteza (cerebral) producen las señales que directamente o a distancia inducen las respuestas en los cuerpos humanos en estudio? Son dos específicas: el área pre Rolámbica para auto análisis o para paciente que están presentes y el área post Rolámbica para pacientes a distancia. Esta consideración es importante porque los terapeutas que practican ya la Bioenergética, además de la fatiga correspondiente cuando se usan simultáneamente las dos áreas, pueden alterar el estudio y los resultados porque pueden estar excitando simultáneamente su organismo., el paciente que tienen presente y otra persona que a distancia e inconscientemente requiere de nuestra atención; de ahí, que se detecten numerosos pares biomagnéticos cuando en la práctica no deben ser más de cinco o seis pares los que se encuentran en patologías graves o crónicas.
También es cierto que los compañeros o los médicos y hasta los familiares del paciente pueden influenciar la actividad mental del terapeuta y/o la respuesta del paciente; por ello es necesario que el par paciente/terapeuta se encuentren de preferencia aislados.”(3)

Actividad complementaria

Ver video Bioenergética, un nuevo paradigma médico.

 

Completado

 


1 - Tesinas de la Universidad de Chipingo 2005, Dr. Isaac Goiz Durán y varios autores, p.21

2 - IDEM

3 - Fisiopatología bioenergética, Dr. Isaac Goiz Durán, Medicinas alternativas y rehabilitación, México, sept. 2014.


Preguntas o comentarios: info.gfu.lineasolar@gmail.com

 

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