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Lección 12. Hongos y biomagnetismo

12.1 Definición

Los hongos (En latín Fungus o Fungi, en plural) son un grupo muy amplio de organismos formados de células eucariotas (con núcleo celular definido). Mientras que las plantas tienen clorofila que les permite obtener su propia energía a través de la fotosíntesis y con ella procesar compuestos inorgánicos para producir sus propios tejidos – alimentación autótrofa –, los hongos no tienen el proceso de la fotosíntesis, así que requieren de otros organismos para obtener su alimento. Es decir que requieren alimentarse de materia orgánica, para producir sus propios tejidos, lo que se conoce como alimentación heterótrofa. Otra característica de este reino es que sus paredes celulares son rígidas y están compuestas de quitina, a diferencia de las plantas, cuya pared celular está compuesta de celulosa.

12.2 Tipos y Clasificación

Hasta hace poco tiempo los hongos estaban considerados dentro del reino de las plantas, pero más allá de que no tienen movilidad propia y tienen paredes rígidas, comparten muy pocas características con las plantas; de hecho, desde el punto de vista filogenético (evolutivo) están más relacionados con el reino animal.
Dentro de este grupo tenemos los mohos, las levaduras y los organismos productores de setas. Existe una amplia variedad de especies, de las cuales, hasta la fecha, la ciencia ha podido clasificar unas 144,000 pero se estima que puedan llegar a ser hasta 1.5 millones. Los hongos se han adaptado a vivir en distintos hábitats y medios, por lo que los podemos encontrar casi en cualquier lugar, en tamaños desde microscópicos hasta de algunos centímetros. Por fortuna solo algunos de ellos resultan patógenos, mientras que la gran mayoría incluso son provechosos para el ser humano, como una gran cantidad de levaduras que ayudan a procesar los alimentos que comemos.
La clasificación de los hongos ha venido cambiando a medida que se les separa de otros reinos como las plantas, los protistas o los chromistas. Actualmente podemos enunciar las siguientes divisiones:

12.2.1 Hongos basidiomicetos (Basidiomycota). Aquellos que desarrollan setas (basidicarpos), de las cuales nacen las esporas reproductivas del hongo.

12.2.2 Hongos ascomicetos (Ascomycota). Aquellos que en lugar de setas tienen ascas, células sexuales productores de esporas.

12.2.3 Hongos glomeromicetos (Glomeromycota) Micorrizas, o sea, uniones simbióticas entre un hongo y las raíces de una planta, en la que primero otorga nutrientes y agua, y las segundas carbohidratos y vitaminas que no puede sintetizar.

12.2.4 Hongos zigomicetos (Zygomycota). Mohos que forman zigosporas, es decir, esporas capaces de soportar condiciones adversas durante mucho tiempo hasta que finalmente puedan germinar.

12.2.5 Hongos quitridiomicetos (Chytridiomycota). Aquellos hongos microscópicos y primitivos, generalmente acuáticos, que se reproducen por esporas flageladas (zoosporas).

12.3 Nutrición

La mayoría de los hongos se nutren a partir de la materia orgánica en descomposición (H. saprófitos), es por eso que abundan en los suelos de los bosques donde abunda la materia orgánica en descomposición.
Los hongos micorrizógenos forman una relación simbiótica con las plantas, intercambiando diversos nutrientes generados por el hongo a cambio de carbohidratos y vitaminas que el hongo es incapaz de sintetizar.
Cuando la relación simbiótica se da con las algas entonces hablamos de hongos liquenizados. A veces la relación es tan estrecha que casi pueden considerarse un solo organismo.
Por último, tenemos los hongos parásitos que simplemente toman los nutrientes de otro ser vivo y lo colonizan, muchas veces causando daños leves o letales en el hospedero.
Como vemos, los hongos juegan un papel muy importante dentro de los ecosistemas; ya sea estableciendo relaciones simbióticas con otras especies o siendo los primeros agentes en la transformación de las sustancias de desecho. El ser humano también ha sabido sacar provecho de este reino al usarlos en la fermentación de alimentos como el pan y la cerveza. También se pueden elaborar ricos y nutritivos platillos con algunas especies como los champiñones o las setas.

12.4 Reproducción

Los hongos se reproducen tanto de modo sexual como asexual, siempre a través de la producción de esporas; que son equivalentes a las semillas de los árboles. Del modo similar a una semilla, una espora es muy resistente al medio ambiente, lo que le da más posibilidad de esperar a que se dé el medio propicio para su germinación. Una vez germinadas, las esporas pueden dar lugar a filamentos llamados hifas, que pueden llegar a crecer hasta 5mm por hora. Al conjunto de hifas se le llama micelio y puede ser un peligro por su crecimiento explosivo, en este caso se puede aplicar el par biomagnético para micelo intestinalis: píloro – ano, uréter, útero.
Algunas especies pueden elegir la reproducción asexual cuando se necesita una reproducción más rápida; o sexual, cuando se requiere crear una mayor diversidad genética a partir del intercambio de material genético con otro individuo de la especie.

12.5 Hongos patógenos para el ser humano

Los hongos dermatofitos. Son aquellos causantes de infecciones en la piel, muy comunes en el ser humano ya que casi todas las personas, en algún momento de sus vidas han padecido alguna de estas infecciones. Podemos clasificarlos en:

  • - Dermatofitos Geófilos. Cuando habitan en los suelos, se contagian por caminar descalzos en pisos húmedos, o en ambientes donde abundan las esporas como áticos, sótanos, bodegas. También abundan en los suelos de los bosques, donde se da un medio húmedo rico en materia en descomposición. Las esporas pueden ingresar al cuerpo a través de heridas en la piel o por el aparato respiratorio, por lo que pueden llegar a causar síntomas alérgicos.
  • - Zoófilos, cuando habitan en animales. El hombre entra en contacto con una gran cantidad de especies vectores.
  • - Antropóficos. Son los que están presentes comúnmente en los seres humanos. Condiciones especiales de humedad y temperatura les son favorables, lo que hace que proliferen sobre la piel en regiones con más sudoración como las axilas, ingles o entre los dedos. En esos casos, llamados superficiales, el tratamiento con biomagnetismo se puede acompañar de algún antimicótico tópico.

También existen varias especies que forman parte de la flora del organismo humano, presentes en el sistema respiratorio, el digestivo, o en órganos sexuales (cándida). En enfermos inmunodeprimidos como enfermos de cáncer, VIH-Sida, lupus, diabetes, uremia, etcétera; pueden presentarse como micosis sistémica aguda aprovechando la debilidad del sistema inmune, por lo que en estos casos pueden considerarse patógenos oportunistas.
Algunas familias como el Asperjillus pueden participar en procesos cancerosos al generar sustancias cancerígenas como la Alfatoxina B.

12.6 Tratamiento con biomagnetismo

Los hongos, al igual que los virus proliferan en ambientes ácidos y se tratan aplicando el par biomagnético para lograr el equilibrio energético del organismo. El tratamiento con biomagnetismo es tan efectivo, como lo es con el resto de los patógenos. En la actualidad existen más de 26 pares para tratar distintos trastornos generados por especies o familias de hongos; además de contar con reservorios específicos para hongos como el par cabeza-cuello de fémur – cabeza-cuello de fémur.
Entre miles de especies de hongos conocidas, solo un centenar resultan dañinas para el ser humano; cifra que se eleva a 300 en caso de que la persona presente un sistema inmune deprimido.
Los hongos pueden llegar a ser especialmente patógenos, sobre todo cuando se asocian con otros patógenos. Los hongos se vuelven letales cuando se asocian con virus como es el caso del Pneumocystis C. que se asocia con virus como el VIH-Sida o el Coronavirus causando insuficiencia respiratoria y neumonía aguda.

 

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