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Lección 6. El cuerpo energético

6.1 Los chakras

Las culturas antiguas entendieron que el cuerpo humano no es solo una máquina física, sino que funciona en un nivel energético.
Hace miles de años los hindúes descubrieron una serie de canales energéticos que llamaron nadis y varios centros o vórtices de energía que nombraron chakras, que significa rueda, por ser la forma que tienen en el plano etérico. Los siete chakras principales se ubican a lo largo de la columna vertebral, y cada uno se relaciona con ciertas glándulas, órganos y facultades de la conciencia. Los antiguos yoguis llegaron a la conclusión de que el cuerpo requiere de dos energías opuestas y complementarias para funcionar y cuando están en perfecto equilibrio se pueden activar los chakras para mejorar la salud o acceder a distintos niveles de conciencia. Las dos principales energías Ha y Tha recorren dos canales principales llamados Ida y Pingala que serpentean a lo largo de la columna vertebral. Mediante ejercicios de respiración, que forman parte de la ciencia del pranayama, se pueden equilibrar estas energías y controlarlas para ir activando los distintos chakras del cuerpo etérico. Al activarlos se van despertando estados de conciencia y poderes que los yoguis llamaron siddhis.
La concepción que tenemos en occidente sobre el yoga se asemeja más a un deporte, lo cual es completamente válido si lo que buscamos es una disciplina para mantener el cuerpo saludable y la mente libre de estrés, pero no da ni si quiera una vaga idea de lo que es el yoga como filosofía y como herramienta para la trascendencia de la conciencia.
Para entender lo que es el yoga en su profundidad podríamos comenzar por el texto clásico, el tratado más antiguo de yoga: Yoga sutras, escrito por Patanjali.

6.2 La Medicina tradicional china

Mientras los hindúes desarrollaron la Yoga como una herramienta de perfeccionamiento, los chinos también estudiaron los sutiles cambios energéticos que ocurren en el cuerpo. Para los chinos la polaridad es la primera manifestación que proviene del todo, o el Tao. Las fuerza femenina y masculina o Yinn y Yang están presentes en cualquier parte de la naturaleza; y por lo tanto también en el ser humano. De esas dos fuerzas, en su movimiento e interacción contínua se desprenden todas las demás, que los chinos representaron en 8 trigramas que vemos en el mandala del Pa-Kua. Los 8 trigramas al combinarse dan nacimiento a los 64 hexagramas (8 x 8 = 64).

A partir de estos sencillos principios se desarrolló el Feng Shui, la Medicina Tradicional China; y en general toda la filosofía y cosmovisión china.
El cuerpo está surcado por canales de energía que viajan ya sea del cielo hacia la tierra o de la tierra al cielo llamados meridianos de acupuntura. De forma que la vida es posible gracias al equilibrio de esas energías: Yang: celeste y Yinn: terrestre. La enfermedad aparece cuando estas energías se salen de equilibrio, entonces el médico ha de reestablecer el equilibrio mediante varias técnicas, como la acupuntura que estimula puntos específicos, directamente conectados con los meridianos y a su vez con órganos específicos.
A quien entienda un poco más sobre medicina china y biomagnetismo, enseguida saltarán a la vista las similitudes entre ambos sistemas. El balance del pH es prácticamente un sinónimo de los conceptos yinn (alcalino -) y yang (ácido +). De hecho, basándonos en los principios de la Medicina tradicional china podemos aplicar imanes sobre los puntos de acupuntura y lograr prácticamente los mismos efectos que si aplicásemos agujas o acupresión.
El arte de la medicina china es por demás extenso ya que además de la acupuntura, los chinos desarrollaron otras herramientas como la fitoterapia (herbolaria), los masajes, dietoterapia, las moxas, las ventosas y varios métodos de diagnóstico. Esta breve introducción sirva tan solo para familiarizarnos con el concepto que tenían del cuerpo humano como ente energético. Quien desee ahondar en el tema existen muchos libros y tratados, comenzando por el clásico: El Canon del Emperador Amarillo.

6.3 Los ejes energéticos

Observando un poco nuestro cuerpo nos damos cuenta que en realidad la energía no se manifiesta de forma uniforme en cada parte, sino que va teniendo fluctuaciones y matices, esto nos lleva a dividir al cuerpo al menos en los tres principales ejes de las tres dimensiones. En el eje simétrico podemos dividirlo en dos lados o hemicuerpos:

- El hemicuerpo derecho es positivo, masculino o en terminología china: yang. Por lo mismo es más fuerte.
- El hemicuerpo izquierdo es negativo, femenino o yinn, por lo mismo más débil y sensible.
Tal vez sea por esta sutil diferencia entre los hemicuerpos que la respuesta muscular inteligente solo se manifiesta en un hemicuerpo.
También podemos dividir al cuerpo en la parte anterior y posterior.
- La parte anterior es la parte yinn, femenina, sensible por eso ahí se encuentran todos nuestros sentidos.
- Mientras que la espalda o parte posterior es yang, masculina. Por lo que está mejor protegida y resiste mejor las agresiones.
Finalmente podemos dividir al cuerpo en la mitad inferior y superior a partir del abdomen. Las piernas son la parte yinn relacionada con la energía de la Tierra más fría y estática. Mientras que la parte superior, del diafragma hacia arriba tiene que ver lo la energía yang que es más ligera, cálida y dinámica.
Como vemos, las dos energías yinn y yang matizan la energía en todo nuestro cuerpo, es por eso que los pares regularmente se colocan con el negativo del lado derecho y el positivo del izquierdo; o cuando se colocan en forma vertical el negativo va arriba y el positivo abajo.
También si observamos las extremidades vemos, que tienen una parte “interna” yinn que es más frágil y delicada ya que lleva el flujo sanguíneo a través de venas y arterias, así como las redes de los principales nervios. Mientras que las zonas yang, externas de las extremidades son más fuertes y musculosas, resisten mejor las agresiones. En las artes marciales se enseña a proteger las partes yinn y utilizar la fuerza de las partes yang.

 

Actividades complementarias:

Realizar evaluación

 


 

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