Un buen comienzo para practicar Reiki es practicarlo con uno mismo para lo cual puedes estar recostado o sentado en una posición cómoda. Haces unas cuantas respiraciones para relajarte. También puedes hacer una corta invocación o plegaria si eso te parece que te ayuda a conectar con la energía suprema. Aunque debemos aclarar que el Reiki no está ligado a ninguna religión, o concepción de la divinidad, por lo que esto último es opcional.
También puede ayudar si pones una música suave combinando melodías suaves con sonidos de la naturaleza. Para lograr un mejor ambiente puedes prender un incienso, o usar alguna fragancia aromática. También es importante que los minutos que vas a dedicar a tu sesión estén completamente libres de toda interrupción, para lo cual requieres desconectar el teléfono móvil y tener un lugar con privacidad.
A continuación, comienza la secuencia de posiciones de manos, dejando 3 minutos en cada posición. Puedes aprovechar este ejercicio para sensibilizarte. Trata de sentir tanto en tus manos como en tu cuerpo los sutiles cambios que vas experimentando durante la sesión. No todas las personas tienen la misma sensibilidad, hay quienes les cuesta más trabajo y no llegan a sentir ningún cambio. Mientras que otras personas perciben distintas sensaciones como calor, frío, hormigueo o bien, como una sensación de agua corriendo. Con el tiempo esto de ayudará a saber si algún órgano requiere de más atención o cuánto tiempo tienes que dejar la posición en cierta parte del cuerpo. Para comenzar es una buena medida dejar cada posición 3 minutos, como ya lo indicamos. Las manos se colocan con todos los dedos juntos, como se muestra en las imágenes, y también ellas se relajan.
La sesión de auto-Reiki la puedes practicar por la mañana, al medio día si tienes tiempo y te sientes cansada o en la noche unos minutos antes de dormir. También te darás cuenta que te ayuda a relajarte y dormir mejor.
En la sesión de auto-Reiki se omiten las posiciones de la espalda, solo se recorre el frente del cuerpo.