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La técnica del masaje

 

 

Lección 4

Antes de comenzar el masaje asegurarse de estar en la mejor disposición. Revisar que todo está en orden, espacio adecuado, no ser interrumpido, uñas cortas, elementos indispensables listos. Tomar algunas respiraciones profundas, estirar el cuerpo, brazos y piernas, centrar la mente en el objetivo, que es brindar la mejor energía y servicio a la persona que está enfrente. También invita al receptor a relajarse haciendo más lenta su respiración.

La postura

Ya que el masaje es un arte, al igual que la música o la danza, el masajista deberá observar todo detalle para poder lograr la “magia del masaje”. La postura es uno de los aspectos más importantes. Al igual que el violinista debe cuidar el ángulo del arco o la bailarina el estiramiento de sus piernas, el masajista debe comenzar por adquirir la postura correcta.
Ya sea que se aplique el masaje en el piso o en una mesa de masaje, es importante tener la espalda recta, no encorvarse. Abrir la cadera y relajar todo el cuerpo mediante la respiración. El masajista debe aprender a aplicar su fuerza, desde el plexo solar, el punto energético que los japoneses llaman “hara”. Para mantener la relajación se recurre a la respiración, coordinando la respiración con los movimientos. Los brazos y manos deben estar relajados. La mayoría de los movimientos deben hacerse con toda la palma de la mano, desde el “talón” de la mano, hasta los dedos, colocando ahí la fuerza e intensión.

La comunicación

Con un poco de práctica el masaje debe sentirse como algo natural, fluido, como una danza. De esta forma estaremos comunicando la mejor energía al receptor. Es importante tratar de mantener todo el tiempo un contacto físico con el receptor. Si es necesario usar ambas manos para otra cosa, por ejemplo, tomar más aceite, hacerlo en forma breve. No interrumpir el masaje por ejemplo para ir al baño o para atender una llamada telefónica, eso hasta podría resultar incómodo o grosero para el receptor.
Lo anterior se complementa manteniendo una comunicación en todo momento con el receptor haciendo preguntas para saber si la persona está a gusto, si necesita algo más. En especial cuando la persona emite algún sonido de queja, o de alguna manera sospechamos que pueda estar incómoda. A menos que se duerma podemos seguir manteniendo una discreta comunicación verbal con la persona.

Intensidad del masaje

La intensidad es un tema importante a la hora de dar un masaje, es decir la fuerza que vamos a aplicar en cada movimiento. En general se clasifica en:

  • Superficial: para niños, ancianos y musculaturas débiles
  • Media, para constitución media normal.
  • Profunda: musculaturas fuertes y deportistas.

No hay una regla general para indicar qué intensidad aplicar en un masaje, de hecho, la intensidad varía considerablemente según el receptor y según la zona que estemos trabajando. Por lo general, las personas corpulentas tienen a necesitar más fuerza que las personas más delgadas y con menos masa muscular, pero esta regla no siempre se cumple, por lo que lo más conveniente es indicar antes de comenzar el masaje que la persona nos diga si le parece demasiado fuerte o demasiado débil.
Un masaje demasiado suave puede tener poco efecto relajante y benéfico en el receptor, quien se puede quedar con la sensación de haber recibido un masaje insuficiente o demasiado suave.
Mientras que una presión excesiva, puede incomodar al receptor, quien en lugar de relajarse estará tensando el cuerpo a causa del dolor; y en el peor de los casos se le puede causar algún daño.
Por eso, insistimos, lo mejor es invitar a la persona, desde el principio del masaje, que en cualquier momento nos puede decir cómo se siente, si necesita más presión en cierta zona o si le parece excesiva.
También que nos indique si le incomoda el masaje en algún área del cuerpo. Por ejemplo, hay personas que no les gusta el masaje en los pies, mientras que para otras es una de las zonas preferidas.
Por lo regular, cuando comenzamos a practicar el masaje, lo hacemos con demasiada precaución, casi siempre aplicando menos fuerza de la requerida. También ocurre que damos el masaje usando tan solo los dedos. Para dar un buen masaje se deben usar todos los dedos y la palma de la mano; y además al hacer los movimientos usar todo el cuerpo, desde las piernas, caderas, espalda… Es decir que parte de nuestro peso se aplicará en el masaje. Acompañar los movimientos del masaje con la respiración y exhalar emitiendo un sonido largo de descarga “Ahhhhh…” puede ser de gran ayuda. De esta forma evitamos cansarnos al dar el masaje. (en el video se ilustra mejor).
Como regla general se recomienda comenzar siempre con una intensidad suave e ir aumentando poco a poco. En el masaje relajante se aconseja llevar un ritmo más lento y una intensidad suave a media.

Movimientos

La riqueza del masaje es que se pueden aplicar una gran cantidad de técnicas o movimientos. Es decir que el "toque" y las distintas formas de mover las manos, los ritmos, la intensidad, pueden ser muy variados: movimientos rectos, circulares, suaves, fuertes, lentos...

En esta sección presentamos las técnicas o movimientos principales. Sin que estos sean todos los posibles, ya que se pueden aplicar combinaciones de ellos o incluso probar nuevos movimientos. En los videos de las siguientes lecciones veremos cómo ir aplicando las técnicas según la zona en que trabajamos y el efecto que deseamos lograr.

  • Amasamiento. como su nombre lo sugiere consiste en tomar la piel del paciente y "estrujarla" como si estuviéramos amasando una masa para cocinar. En está técnica se usan tanto dedos como palmas de las manos.
  • Amasamiento digital, similar al anterior pero solo se utilizan los dedos.
  • Nudillar. Igual que el anterior, pero usando los nudillos de los dedos.
  • Ondulaciones digitales. Es una variante del amasamiento cuyo objetivo es masajear los músculos más profundos.
  • Fricciones. Con toda la mano, en línea o en círculos. Los movimientos de fricción se hacen con aceite.
  • Effleurage. (del masaje sueco) Movimientos largos tipo fricción
  • Golpeteo o percusión. Puede ser como martillo, o canto de la mano (golpe de karate). Se hace por ejemplo en la espalda para ayudar a despegar la flema de los pulmones.
  • Tecleteo Es una variante del golpeteo, solo que se hace con las yemas de los dedos y es más suave. Por ejemplo en el masaje facial.
  • Circulatorio. Consiste en movimientos largos con ambas manos recorriendo toda la extensión de una zona anatómica: pierna, brazo, tronco...
  • Descarga. Movimiento largo y continuo desde el centro hacia las extremidades (proximal-distal). Se hace con la inteción de descargar las energías "negativas" fuera de la persona.
  • Activación pasiva. No son movimientos de masaje propiamente dichos, son movimientos que hacemos para activar las articulaciones y músculos. Los movimientos se pueden hacer en el cuello, muñecas y tobillos (giros, rotaciones, etc.) También se pueden hacer movimientos para las rodillas, codos, hombros, cadera (este últimos se explicará en el masaje completo). Estos movimientos ayudan a desbloquear las articulaciones y permiten el mejor flujo de energía, lo cual es muy bien recibido por la persona. Son especialmente recomendables, sobre todo cuando el receptor, por alguna incapacidad o enfermedad no puede mover alguna parte del cuerpo por sí mismo. Si la persona siente algún dolor debemos suspender el movimiento de inmediato.
  • Estiramientos. Tiene como objetivo "abrir" los espacios del cuerpo, principalmente las articulaciones. Pueden ser pequeños estiramientos como el que se aplica en los dedos de los pies y manos; o grandes estiramientos como el que se aplica a todo el tronco.

Los movimientos quedarán mejor ilustrados en los videos de las siguientes lecciones.

 

Completado

 

Preguntas o comentarios: info.gfu.lineasolar@gmail.com

 

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