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La conexión emocional

En los últimos años los científicos han podido descubrir las capacidades sensitivas que va adquiriendo el bebé desde las primeras semanas de su desarrollo. Así sabemos que ya a los 5 meses el sistema nervioso se ha desarrollado los suficiente para reaccionar ante diversos estímulos. Los ojos son capaces de percibir los tenues cambios de luz que se filtra a través del abdomen de la mamá, todo el cuerpo es sensible a la presión, la temperatura, etc. Una vez que se han formado los pequeños huesos de los oídos el feto es capaz de escuchar y comenzar a distinguir los diversos sonidos. En poco tiempo podrá distinguir las distintas voces de las personas que le rodean y reaccionará ante ellas. Más extraordinario aún es que el capaz de percibir los distintos sabores de los alimentos que ingiera la mamá. Se ha demostrado que muchos bebés muestran más agrado cuando la mamá ingiere algún alimento dulce. Los científicos piensan que estos sabores se filtran a través de la placenta y llegan hasta el bebé.
Desde el punto de vista esotérico existe una estrecha conexión astral entre el bebé y la mamá desde los primeros días de la gestación, podríamos suponer que inicia desde el momento de la concepción. Esto explica muchas de las reacciones de los bebés ante las experiencias que tiene la madre, como lo que ya comentábamos sobre los sabores de los alimentos.
Habremos de suponer que esta comunicación no se da solo de madre a bebé, sino que en muchos momentos las sensaciones del bebé son las que dominan sobre las de la madre. Esto explica los extraños antojos que tiene la madre de comidas o combinaciones de alimentos que en otra situación no hubiera apetecido. Es el bebé quien demanda cierto tipo de alimento, que que la naturaleza es sabia y de esta forma busca proveerse de los nutrientes específicos que en ese momento le hacen falta.
Pasando a un terreno más sutil: muchas madres han reportado que cuando el bebé comienza a soñar, ellas también tienen sueños más frecuentemente o sueños más vívidos o significativos.
Ahora podemos estar seguros que durante la gestación la madre no solo está formando físicamente el cuerpo del feto, sino que también está en formación la psique, formando los cimientos de lo que será el carácter y la personalidad del futuro ser.
Algunos tipos de terapia como las regresiones o las constelaciones familiares muestran como el estado emocional de la madre puede impactar en forma negativa o positiva la psique desde el momento del embarazo. Los sentimientos de miedo, tristeza, inseguridad, depresión que pueda sufrir la madre también dejarán una huella profunda en la psique del bebé.
De ahí la importancia que la mujer también cuide su aspecto emocional de la misma forma que cuida su dieta. Lo ideal es que pueda gozar del apoyo de su pareja y la familia. Que se pueda rodear de un ambiente tranquilo, que le brinde seguridad, amor y belleza. El filósofo Omraam Mikhaël Aïvanhov en sus múltiples conferencias por allá en los años 60 proponía al gobierno que creara espacios muy cuidados para las mujeres embarazadas.
Estaba convencido de que si las mujeres gestantes podían pasar todo el tiempo rodeadas de belleza, de poesía, leyendo, paseando y escuchando música, acudiendo a encuentros donde aprender cómo vivir durante la gestación: lo que deben comer, pero sobre todo, cómo trabajar con sus pensamientos y sus sentimientos sobre el niño que va a nacer, entonces en esas condiciones de paz, de belleza y de armonía, traerían al mundo hijos luminosos, libres, destinados a hacer el bien y a trabajar a favor de la humanidad.
Omraam afirmaba que durante los nueve meses de la gestación, la madre no solamente trabaja en la formación del cuerpo físico del niño; sin saberlo, trabaja sobre las condiciones favorables o desfavorables para el desarrollo de lo que ese bebé será el día de mañana. Por eso decía que las madres poseemos la llave de las fuerzas de la vida, y es necesario que tomemos conciencia de estos poderes, que sepamos que de nosotras depende el futuro del género humano.
A partir de ahí proponía que para influir favorablemente durante la gestación sobre el hijo que va a nacer, el verdadero trabajo de la mujer embarazada es algo que hoy en día los expertos antes mencionados siguen defendiendo; la madre debe vigilar sus pensamientos, sus sentimientos, la vida que lleva, y comunicarse con el bebé.

Comunicación con el bebé

Ten en cuenta que los bebés in utero perciben las percepciones de las palabras desde los primeros instantes, pues aunque sus oídos ni su cerebro sean todavía funcionales, su piel, su envoltura funciona como una antena en el líquido amniótico, como una caja de resonancia que le transmite el sonido.
El bebé necesita que nos comuniquemos con él desde el principio de la gestación, pues constituye una persona en construcción desde su concepción y necesita sentir la energía de amor y deseo de su madre, de su padre para evolucionar, así como conocer nuestros acontecimientos, nuestras alegrías, en definitiva los acontecimientos a los que nos enfrentamos en nuestra vida. Y esto podemos hacérselo llegar si lo tenemos en cuenta, comunicándonos con él. Las formas más universales de comunicarnos con el bebé son el pensamiento, la voz, los sonidos, el movimiento y el tacto.
Más allá de las palabras, el bebé es aún capaz de percibir el estado de ánimo de la madre a través de sus hormonas y de planos más sutiles de vibración. De ahí la importancia que cuidemos mucho los pensamientos que tenemos respecto al embarazo, al bebé, y a nuestra vida actual y futura.
Sé bien que no siempre es fácil controlar el torrente de pensamientos negativos que puedan aparecer en nuestra mente (miedos, preocupaciones, angustias…), pero mediante afirmaciones positivas podemos parar de alguna manera esa dinámica y llenarnos de pensamientos sanadores y positivos.
Puedes escribir tus propias afirmaciones positivas para ti y tu bebé y las puedes repetir todos los días mentalmente o verbalmente, incluso varias veces al día. Puedes empezar agradeciendo a la vida, a tu hijo/a por haberte escogido, anímate a confiar en tu sabiduría femenina, en tu intuición, déjate fluir por la energía de la vida, inunda con tu amor a tu hijo.

Alimento para el alma

En definitiva, así como cuidas tu alimentación también deberás “alimentarte” de experiencias positivas que te llevan hacia estados de paz, amor, seguridad, agradecimiento, belleza, alegría. La práctica de yoga y meditación que presentamos en esta guía será de gran ayuda, pero también puedes recurrir al arte, si es que eso de ayuda a conectar con esos sentimientos. Puedes pintar, esculpir o escribir… Echa a volar tu creatividad de cualquier forma que te ayude a conectar contigo misma y con tu bebé.
La música y el canto son expresiones que no puedes dejar de probar. ¿Sabías que la boca, mandíbula y garganta están conectadas con la apertura del canal de parto? Son como canales espejo, de manera que relajando esta zona, podemos relajar también el cuello del útero, la vagina y el periné. De ahí que en India las mujeres practiquen el canto maternal carnático durante el embarazo y el parto.
Además cantar permite la liberación de endorfinas (hormonas del placer), que llegan al bebé a través de la placenta. Por otro lado, cantando, el líquido amniótico vibra y le acaricia, haciéndole como un masaje muy placentero. Así que escucha la música que más te guste ¡y déjate llevar cantando!
Estas son solo algunas de las sugerencias de música que puedes escuchar o cantar.

  • Cantos con mantrams. Los mantrams son frases en sánscrito o en otros idiomas que tienen una vibración especial que te ayudará a tí y tu bebé a conectarte con lo espiritual.
  • Música Clásica, se dice que la música de Mozart ayuda al desarrollo intelectual del bebé. En realidad puedes escuchar a Mozart o cualquier otro autor que te agrade o que en ese momento venga a tu mente: Vivaldi, Tchaikowsky, Beethoven, Verdi, Mazenet... solo por mencionar algunos
  • Música New Age con sonidos de la naturaleza, existen cientos de autores, algunos combinan instrumentos de viento, cuerdas y/o voces; es música muy relajante.

No te limites a estos géneros, si te dan ganas, puedes poner salsa, mambo o algún otro ritmo y ponerte a bailar. Toda esa alegría y entusiasmo también se los transmitirás a tu bebé.

 

 


 

Para dudas o comentarios: info.gfulineasolar@gmail.com

 

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