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Sistema Muscular: Lección 2

 

video Lección 2

 

Composición del tejido muscular

Los músculos estriados están formados por pequeñas fibras musculares que se agrupan para formar un haz muscular. Cada haz muscular está recubierto de un tejido conectivo. A su vez, los haces se agrupan para formar la totalidad del músculo.

Cuando el músculo se ejercita o sobrepasa su capacidad, algunos de estos haces se llegan a romper creando un pequeño desgarre o desgarro. En estos casos, el músculo se regenera rápidamente y en unos cuantos días la persona puede volver a ejercitarlo. Cuando el desgarre es mayor entonces se presentará inflamación y dolor intenso por lo que el músculo no podrá usarse hasta que pasen varios días o semanas y el propio cuerpo pueda regenerar los tejidos.

Contracción muscular

Toda la gran variedad de movimientos que podemos hacer se debe a los más de 600 músculos que tiene nuestro cuerpo. Algunos más grandes como el cuádriceps, o más pequeños como los músculos fasciales. Lo interesante es que todos funcionan exactamente de la misma forma. Los tejidos musculares solo pueden contraerse o relajarse, pero son incapaces de estirarse por sí solos.
El proceso inicia con un impulso nervioso generado desde el cerebro y viaja a través de un nervio formado por neuronas motoras. El impulso llega a la unión neuromuscular en el músculo, generando la sustancia acetilcolina, que a su vez desencadena una serie de reacciones químicas donde intervienen algunos iones como el potasio y el calcio. Estas reacciones generan la contracción de los miofilamentos dentro del citoplasma muscular. Al detenerse el estímulo nervioso la contracción también cesa. Esto sucede en fracciones de segundo cada vez que contraemos algún músculo esquelético.

Trabajo en equipo

Los músculos siempre conectan dos puntos en el cuerpo, que en la mayoría son dos huesos distintos, donde hay una articulación de por medio. Los músculos pueden insertarse ya sea en un músculo o en algún ligamento o tendón. Los puntos donde se inserta el músculo se llaman:

  • Punto de inserción de origen, que es la parte del cuerpo que está “fija” y sirve como punto de apoyo al movimiento.
  • Punto de inserción terminal, la parte del cuerpo que se mueve al actuar el músculo.

Un músculo puede tener varios puntos de inserción, ya sea de origen o terminal.
Veamos el ejemplo del brazo. Aquí tenemos dos músculos, en la parte anterior tenemos el bíceps, y en la parte posterior tenemos el tríceps. Cuando levantamos el antebrazo el bíceps trabaja contrayéndose, mientras el tríceps debe relajarse para permitir el movimiento libremente. Lo mismo sucede en cualquier parte del cuerpo, hay grupos de músculos que deben contraerse, mientras otros se relajan. Al músculo que se contrae se le llama agonista o principal y al que se relaja se le llama antagonista.
El caso contrario es cuando estiramos el antebrazo, entonces el músculo que se contrae es el tríceps y funciona como agonista, y el que se relaja ahora es el bíceps, que es el antagonista.
Además del músculo principal (el que efectúa el trabajo) también tenemos el antagonista que se opone al primero, y otros músculos pueden participar como músculos sinérgicos (ayudan al principal) o como músculos estabilizadores (dando mayor precisión al movimiento). Finalmente, en cada movimiento que hacemos intervienen varios músculos, es un trabajo en equipo.

Tono muscular

Nuestros músculos siempre tienen cierto grado de tensión, aun cuando estamos en reposo, es lo que llamamos el tono muscular. Es importante mantener un buen tono muscular para que el sistema funcione en forma adecuada. La hipotonía es un tono muscular demasiado bajo, presentando músculos suaves y blandos, lo que puede llevar a lesiones en los músculos o articulaciones por falta de consistencia.
Por lo contrario: un músculo demasiado tenso que no se relaja lo suficiente, no permite que trabajen los otros músculos, lo que hace que la persona tenga que aplicar mucho más energía y esfuerzo para realizar cualquier movimiento; esta situación conocida como hipertonía genera fatiga crónica y dolor. El exceso de tensión también puede causar inflamación en otros tejidos o dificultar la irrigación sanguínea.
Por lo tanto, el ejercicio que se practique debe ser el adecuado para no caer en un sobresfuerzo y dejar los músculos adoloridos y demasiado tensos después de la sesión. También se debe evitar cansar demasiado el cuerpo en una tarea repetitiva. Por ejemplo, si uno trabaja en la computadora, uno puede levantarse cada 15 a 20 minutos para estirar el cuerpo, las piernas y de esta forma no tensar demasiado la espalda.
Los masajes también pueden ser una forma muy placentera de eliminar las contracturas, la tensión y regular el tono muscular, siempre y cuando se lleven a cabo por un profesional bien preparado.

 

Lección 3

 


 

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